Objetivo: evaluar un grupo de hombres adultos mayores. Método: Estudio descriptivo, prospectivo, transversal y correlacional. Muestra de 156 hombres adultos mayores; variables: sexo, edad, peso, talla, Circunferencia de Cintura (CC), IMC, Índice Cintura- Talla (ICT), Índice Peso-Circunferencia de Cintura (IPCC) y Porcentaje de Grasa Corporal por Regresión (PGCR). Resultados: todos los promedios disminuyen con la edad, en los tres grupos comparados. Contraste de normalidad evidencia comportamiento del IMC, IPCC y PGCR normal; estado nutricional, según los indicadores IMC y PGCR difieren en cuanto a sobrepeso (41,7% vs 9,6%) y obesidad (18,6% vs 25,6%). Según los indicadores, con relación al riesgo, el IMC y la CC clasifican porcentajes similares (60,3 y 57,7%) al igual que el IPCC y el PGCR (28,2% y 25,6%), en ambas situaciones cuando se comparan mediante un contraste de hipótesis, resultan ser significativos; están altamente correlacionados PGCR-Peso (0,90), PGCR-IMC (0,99); el PGCR está asociado con la HTA, Diabetes Mellitus y Osteoporosis. La Regresión Logística evidencia que el modelo de PGCR que incluye las variables IMC, CDC y sexo es confiable, con alta sensibilidad y especificidad, con alto poder discriminativo. Conclusión: el porcentaje de grasa corporal estimado mediante la regresión se comporta como una distribución normal, está altamente correlacionado con el IMC, tiene alta sensibilidad y especificidad, y está asociado con la hipertensión arterial diabetes mellitus y osteoporosis.
Palabras clave: Porcentaje de grasa corporal; Índice de Masa Corporal Riesgo; Sensibilidad; Especificidad; Adultos mayores.
Objective: to evaluate a group of older adult men. Method: Descriptive, prospective, cross-sectional and correlational study. Sample of 156 older adult men; variables: sex, age, weight, height, waist circumference (WC), BMI and Body Fat Percentage by Regression (BFPR). Results: all means decrease with age, in the three groups compared. Contrast of normality shows behavior of BMI, and normal BFPR; nutritional status, according to BMI and BFPR indicators differ in terms of overweight (41.7% vs. 9.6%) and obesity (18.6% vs. 25.6%). According to the indicators, in relation to risk, BMI and WC classify similar percentages (60.3 and 57.7%) and BFPR (28.2% and 25.6%), in both situations when compared by a contrast of hypotheses, they turn out to be significant; are highly correlated BFPR-Weight (0.90), BFPR-BMI (0.99); BFPR is associated with hypertension, diabetes mellitus and osteoporosis. Conclusion: the percentage of body fat estimated by regression (BFPR) behaves as a normal distribution, is highly correlated with BMI, has high sensitivity and specificity, and is associated with hypertension, diabetes mellitus and osteoporosis.
Key words: Body fat percentage; Body Mass Index Risk; Sensibility; Specificity; older adults.
De acuerdo con información publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cifras de sobrepeso y obesidad en adultos mayores refieren que entre 2015 y 2050 los habitantes mayores de 60 años se duplicaran en términos porcentuales, al pasar del 12% al 22%; las personas de este grupo etáreo vivirán en países de ingresos medianos y bajos1. Agrega además que en la actualidad las personas tienen una esperanza de vida de 60 años o más, y que todos los países experimentan un incremento tanto en cantidad como en la proporción de personas mayores en la población1.
Afirma también la OMS, que desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, dichos cambios llevan al adulto mayor a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Además, se puede decir que la vejez se caracteriza también por la aparición de varios estados de salud complejos que se conocen habitualmente por el nombre de síndromes geriátricos1.
Según la ONU, en el año 2021761millones de personas en todo el mundo tenían 65 años o más, cifra que aumentará para el año 2050 a 1600 millones; además un informe publicado por la ONU aboga por replantear la protección social a medida que el mundo tiene cada vez más canas, instando a los gobiernos a adoptar medidas concretas, que garanticen una mejor calidad de vida a este grupo poblacional2.
Cifras publicadas por la OMS, señalan que en 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más; lo que significa que el grupo de población de 60 años o más habrá subido de 1000 millones en 2020 a 1400 millones. Además, para el año 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado al pasar a 2100 millones. Se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, hasta alcanzar los 426 millones1.
De acuerdo con las previsiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el número de personas mayores de 65 años se habrá más que multiplicado para mediados de siglo, razón por la cual los derechos y bienestar de las personas adultas mayores deberá ser una prioridad, y todos los esfuerzos que se hagan por lograr un futuro que sea sostenible2.
De acuerdo con Datosmacro.com, cifras publicadas por ellos indican que la población de hombres en el mundo, para 2022 4.0 mil millones de hombres según estimaciones el Banco Mundial; que representan 49,7% y 50,3% respectivamente3. Y según datos publicados por el Banco Mundial, para el año 2021la población de personas de 65 años o más, representaban el 9,54% de la población mundial; y según la misma publicación, para el año 2021la población mayor de 65 o más años, en Venezuela, representaba el 8,0%3.
Cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la proyección de la población al 30 de junio, para el año 2040 es de 38.783.676, de los cuales 19.377.594 son hombres y 19.406.082 son mujeres, que representan 49,95% y 50,05% respectivamente. Y en el caso de los hombres, discriminada por grupo de edad, se tiene: 60–64 1.977.678; 65-69 1.683.070; 70-74 1.422.944; 75-79 1.075.099; 80-84 683.839; 85-89 368.434; 90-94 172.176; 95-99 66.537 y 100 y Más 15.0194.
Por otra parte, la OPS considera que las personas mayores sanas e independientes, pueden contribuir al bienestar de la familia, así como de la comunidad; sin embargo actualmente el número de personas mayores aumenta exponencialmente en coyunturas socioeconómicas complejas e inciertas, de tal manera que es necesaria la intervención oportuna para potenciar que permitirá la contribución de este grupo al desarrollo social y prevenir que se convierta en un factor de crisis o de molestia para la seguridad social de las Américas5.
De acuerdo con Núñez-Sánchez et al6, el calcular el IMC en adultos mayores es de capital importancia, si se consideran los cambios que ocurren en el peso, la talla y sobre todo a nivel fisiológico, como el aumento de la masa grasa y la disminución de la masa magra, factores esto que afectan el estado nutricional7.
Ahora bien, resulta importante que los adultos mayores sean evaluados para verificar su estado de salud, considerando que en ese grupo etáreo es cuando se presentan más problemas de salud, y es común que mucho tengan más de una patología. Una de las muchas causas de enfermedad está relacionada con el estado nutricional, y con el sobrepeso y la obesidad, motivo por el cual se ha considerado realizar un estudio en el cual se evalúe al adulto mayor con relación al sobrepeso y la obesidad. Una medida, aparte del IMC, para realizar tal evaluación, es estimar el porcentaje de grasa corporal (PGC) indicador que puede ser utilizado para estimar la grasa corporal y relacionarla con algunos antecedentes patológicos, además puede servir de complemento al IMC, que es el indicador más utilizado en esta evaluación.
Se trata de un estudio descriptivo, prospectivo, transversal y correlacional, basado en una muestra de 403 mujeres adultas mayores, seleccionados de estudios anteriores, quienes participaron voluntariamente, previa información sobre el uso de los datos suministrados y dado su consentimiento informado, de acuerdo con lo requerido por la World Medical Association Declaration of Helsinki (WMDH) Ethical Principles for Medical Research and Involving Human Subjects (2013)8.
Se consideraron las variables sexo, edad, peso, talla, IMC, CC y PGCR, con el fin de comparar los resultados por grupos de edad, así como los criterios para clasificar a estos adultos, de acuerdo con los indicadores seleccionados, y sugerir la utilización de los que resulten más adecuados para este fin.
Es importante tener en cuenta que para la validez del estudio, este debe estar libre de errores, que pueden ser debido a los sujetos, los instrumentos para la medición y quienes evalúan, ya que deben evaluar dichas mediciones desde el punto de vista estadístico9. Para estimar el Porcentaje de Grasa Corporal, se utilizó la formula obtenida por regresión, que incluye las variables IMC, CC y sexo, obtenida por Bauce et al10, como modelo principal, ya que la misma ha sido evaluada. Dicha ecuación es
PGCR = 0,0431*CC+1,0409*IMC-11,1795*Sexo+11,4878
La cual tiene un coeficiente de determinación igual a 0,9481, un coeficiente de correlación múltiple igual a 0,9737 y un error de estimación de 1,76.
Para los efectos de análisis, se clasificó a los adultos, de acuerdo con la fórmula de Deurenberg y esta ecuación identificada como PGCR, y se comparan los porcentajes en cada una de las categorías, con los porcentajes obtenidos en la clasificación del IMC.
Se consideraron los siguientes criterios o valores de referencia: Para el Índice de Masa Corporal (IMC), se calculó mediante la fórmula de Quetelet11 . Se establece como delgadez un IMC < 23,0; normal, 23,0-27,9; sobrepeso, > 28,0 a 31,9; y obesidad, ] 32,012.
Para la Circunferencia de Cintura (CC), se consideraron los siguientes valores: para los hombres: Normal (CC < 95 cm); Riesgo elevado (95 cm\ CC<102 cm) y Riesgo muy elevado ] 102 13. Sin embargo, considerando que los promedios de la CC disminuyen con la edad en un 1,4%, se asumió bajar los valores a 93 cm y 100 cm para riesgo elevado, y ] 100 para riesgo muy elevado en los hombres.
Para el Porcentaje de Grasa Corporal (PGC), el criterio
utilizado corresponde al sugerido por el Instituto Nacional de
Nutrición (INN) 14 basado en los percentiles: Categoría I: PGC <
P5 (Grasa en déficit); Categoría II: P5\PGC Adicionalmente, se clasificó a la mujeres adultas mayores, según
los indicadores, asumiendo el criterio de la Z estandarizada y el
valor del indicador, con el fin de comparar más homogéneamente
os resultados. Se determinaron medidas estadísticas descriptivas, tales como
promedio, desviación, porcentaje; contraste de normalidad para
cada indicador; medidas de asociación como el coeficiente de
correlación y de regresión, prueba de independencia Chi
cuadrado; contraste de hipótesis para la diferencia de promedios
y para la diferencia de porcentajes; Regresión Logística para
determinar sensibilidad y especificidad. La muestra está conformada por 156 hombres adultos mayores, con edad comprendida entre 60 y 96 años, con promedio de
edad 71,6±7,9 años, peso 74,6±15,0 kg; talla 167,5±6,1cm;
IMC 26,5±4,2 kg/m2; CC 96,8±12,1cm; y PGCR 32,0±4,8.
Se puede observar además, que el peso, la talla, el IMC, CC y
el PGCR disminuyen con la edad (Tabla 1). Se aplicó el contraste de normalidad para comprobar si cada
uno de los indicadores se comporta como una distribución
normal, o proviene de una población normalmente
distribuida; los resultados se presentan en la tabla 2. De
acuerdo con estos resultados, se puede deducir que los cinco
indicadores de riesgo, provienen de poblaciones normalmente
distribuidas. De acuerdo con el indicador IMC, se tiene que el estado
nutricional de estos hombres adultos mayores, refleja un 37,82%
normal; sin embargo hay altos porcentajes se sobrepeso 41,67%
y obesidad 18,59% (Figura 1). De acuerdo con el indicador PGCR, se tiene que el estado
nutricional de estos hombres adultos mayores, refleja un 49,36%
normal, mayor al obtenido con el IMC; sin embargo hay un
porcentaje bajo con sobrepeso 9,67%, menor que el IMC y un
porcentaje alto de obesidad 25,64% ligeramente mayor al 18,6%
obtenido con el IMC (Figura 2). Se clasificó según los indicadores IMC, CC, ICT, IPCC y
PGCR, en riesgo y no riesgo con el fin de comparar el
comportamiento entre dichos indicadores, y se tiene que con
relación a no riesgo, el ICT, IPCC y el PGCR, clasifican un
porcentaje muy alto en dicha categoría, el IMC y la CC y el IPCC clasifican porcentajes mucho más bajo; con relación al
riesgo, el IMC y la CC clasifican porcentajes similares (60,3
y 57,7%) al igual que el IPCC y el PGCR (28,2% y 25,6%),
en ambas situaciones cuando se comparan mediante un
contraste de hipótesis, resultan ser (Figura 3). Con el fin de verificar si el comportamiento de la
clasificación de los indicadores anteriores, es consistente, se
procedió a clasificar a los adultos mayores, de acuerdo con
el criterio de los valores estandarizados de cada una de los
indicadores, y se obtuvieron los resultados mostrados en la
tabla 4, permiten afirmar que los porcentajes de no riesgo
son similares entre el IMC y la CC, y entre el ICT y el
PGCR, a diferencia delo porcentaje del IPCC que se ubica
entre los otros porcentajes, esto es, es intermedio. Por otra
parte los porcentajes de riesgo son similares entre el IMC y
la CC, y entre el ICT y el PGCR, siendo menor el porcentaje
del IPCC, que clasifica a menos mujeres adultas mayores en
riesgo (Tabla 3). Se consideró el estado nutricional, según los indicadores y
asumiendo la clasificación de acuerdo con los valores
estandarizados, y se obtuvo lo siguiente. El estado nutricional, según los indicadores refleja que los
porcentajes por categoría son similares, y reflejan un porcentaje
en la categoría exceso que varía entre 10,9% y 14,1%, por lo que
se puede afirmar que la incidencia de sobrepeso y obesidad es
relativamente baja para este grupo de hombres adultos mayores,
independiente del indicador que se utilice. Igualmente ocurre
cuando se clasifican según los valores estandarizados. Se obtuvieron correlaciones bivariadas entre las variables
incluidas, las cuales se muestran en la tabla 5, y evidencia que
todas son significativas y mayores a 0,60 por lo que se puede afirmar que las variables tienen correlaciones que van de
moderadas a altamente correlacionadas. Se obtuvieron las ecuaciones de regresión entre el indicador
IMC con los indicadores CC y PGCR; se puede observar que las
dos son relaciones directas o positivas, con coeficiente de
determinación de 0,6182 y 0,9956, respectivamente, de donde se
deduce que la de menor valor es la que corresponde a la relación
IMC-CC, por lo tanto la CC es el que menos explica la variación
del IMC (Figura 4). Estos coeficientes de determinación indican que la variabilidad
de la CC explica el 61,82% de la variabilidad del IMC y la variabilidad del PGCR explica 99,56% la variabilidad del
IMC; así mismo, para cada una de las ecuaciones de
regresión, se tiene que el coeficiente de regresión, el cual
precede a la variable IMC, indica que por cada unidad que
aumenta su valor, el IMC se incrementa en una unidad; por lo
tanto, la CC es la que más contribuye con el IMC. Por otra
parte se tiene que la relación entre el IMC y el PGCR es casi
que perfecta, ya que el coeficiente de determinación es 0,9956
y el coeficiente de correlación es 0,9982, esto es
prácticamente es una correlación perfecta (Figura 4). La evaluación de los indicadores, incluye el cálculo de
sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo (VPP) y
valor predictivo negativo (VPN), el cual se obtuvo para la
clasificación y comparación con el IMC, utilizando dos
criterios, a saber: los valores estandarizados y los valores
originales de cada indicador o índice. De acuerdo con este
procedimiento, se tiene que según la clasificación con los
valores estandarizados, el PGCR identifica a los que tienen
riesgo, ya que tanto su especificidad y VPN son altos; sin
embargo cuando se consideran los valores originales, es que
tienen mejores valores en cada una de las características
(Tabla 6). Con relación a los antecedentes patológicos, se tiene que de
los 153 hombres adultos mayores, 115 tienen hipertensión
arterial (HTA), cantidad que representa un 75,2%; 47 tienen
diabetes mellitus, que representan un 30,7%; 25 tienen o
padecen de enfermedades neuro-psiquiátricas, que
representan un 16,3%; 31indicaron tener osteoporosis, esto
equivale al 20,3%; y 24 con deficiencia de vitamina D, que
equivale al 15,7%. Además 36 tienen hábitos tabáquicos, los
cuales representan el 23,5%; 33 con hábitos alcohólicos que
equivalen al 21,6%; 81son sedentarios, que representan el
52,9%; 78 tiene hábito de polifarmacia, que representan el
51,0%. Cuando se comparan los promedios, según tengan o no HTA,
resulta que no son significativos, y solo la CC es ligeramente
mayor en las mujeres con HTA (92,8 cm vs. 91,8 cm), al
igual que las que tienen Diabetes Mellitus (93,2 cm vs. 92,4
cm). Los resultados obtenidos en este estudio evidencian que para
este grupo de mujeres adultas, los promedios de peso, talla IMC
se comportan de acuerdo con la edad, esto es, se ubican en un
rango de normalidad. Por otra parte, los promedios de peso, ICT,
IPCC y PGCR por grupo de edad disminuyen a medida que se
avanza en edad, y los promedios de Talla, IMC y CC aumenta
ligeramente en el grupo de 70 a 79 años y luego disminuyen en
el grupo de 80 años y más, En el caso particular del peso, se
tiene que este disminuye 8,3 kg, que representan una pérdida de
peso del 12,4%; y la talla disminuye 3,2 cm, que representa una
pérdida de 2,1%, hecho que se corresponde con la realidad,
debido a que las personas a medida que envejecen pierden peso
y masa muscular, y en algunos caso acumulan grasa,
particularmente en la zona abdominal, por lo que se corresponde
con un aumento del promedio de la CC. Tal como afirma Molina Arias15, “para estas pruebas la hipótesis
nula es de normalidad. Por lo tanto, si p > 0,05, no tendremos
motivos para descartar la hipótesis nula y asumiremos que
nuestra variable sigue una distribución normal. Si, por el
contrario, p<0,05, rechazaremos la hipótesis nula y asumiremos
que nuestra variable no sigue una distribución normal en la
población”. Teniendo en cuenta que se asumió el IMC como “regla de oro”
para evaluar sobrepeso y obesidad, se determinaron la
sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo (VPP) y
valor predictivo negativo (VPN) de los indicadores CC y PGCR,
de riesgo, y se tiene que el PGCR es el que además de tener una
correlación de 0,99 con el IMC, es que resulta con valores altos en cada una de las características consideradas, como son
sensibilidad de 96,8%, especificidad de 99,6%, VPP de
98,4% y VPN de 99,3%. Por lo tanto es el indicador de
riesgo, que tiene una alta probabilidad (0,97) de identificar a
los hombres adultos mayores que tienen riesgo, al igual que
una alta probabilidad (0,99) de identificar a los que no tienen
riesgo. Núñez Sánchez et al6, mencionan la importancia de medir el
IMC en adultos mayores, debido a los cambios en talla y
peso, y el aumento de la masa grasa; así mismo que el riesgo
de morir, es mucho menor si tienen un IMC < 23-28 o 25-29,
lo cual ocurre aquí, dado que el promedio se ubica entre 25 –
29. Bauce et al 16, evaluaron una muestra de diferentes grupos
etários, y el IMC disminuye hasta el grupo de 70 a 79 años y
luego aumenta en el grupo de 80 o más años, tal ocurre en
este estudio. Aguilar Esenarro, del Ministerio de Salud del Perú 17, en su
Guía Técnica para la valoración nutricional antropométrica
de la persona adulta mayor, recomienda para la intervención
individual según el IMC, cuando es \ 23, un aumento
progresivo de peso basado en alimentación y nutrición;
cuando el IMC es > 23 y < 28, mantener este valor,
particularmente manteniendo el peso y desarrollar acciones
de promoción de salud; y cuando el IMC ] 28, se deben
aplicar acciones que conlleven a una atención especializada y
diferenciada. Moreno-González18 cita que “En el año 2005, la Federación
Internacional de Diabetes (IDF) 18 incorporó población no
obesa para determinar los puntos de corte de la CC y redujo
los puntos de corte para definir obesidad abdominal,
considerando de mayor riesgo cifras de la CC > 94 cm para
los hombres y CC > 80 cm para las mujeres, en población de
origen europeo”, por lo que resulta importante realizar
estudios en poblaciones venezolanas, con el fin de obtener
valores de la CC ajustados a esta población. Bauce et al19, evaluaron un grupo de pacientes adultos
mayores, y obtuvieron para el sexo masculino, un IMC
promedio de 26,59 kg/m2, igual al obtenido en este estudio,
de igual forma un promedio de la CC igual a 97,08 cm
similar al obtenido en este estudio, el cual evidencia que
tanto el IMC como la CC se comportan de acuerdo con la
edad. Díaz-Díaz et al20 evaluaron 982 pacientes, de los cuales 525
son hombres y obtuvieron un promedio del IMC de 29,01±6,39 kg/m2 ligeramente mayor al obtenido en este estudio
y para la CC 99,52±13,70 cm ligeramente menor; además una
incidencia de obesidad en hombres de 45,3% mucho mayor a la
obtenida en este estudio, la cual es de 3,2%. En otro estudio Bauce21 , incluyó 797 adultos con edades entre
17 y 96 años, y midió el PGCR, y obtuvo para el sexo masculino
y grupo etário 60-69; 70-79 y ] 80 años, los siguientes valores
36,7±5,2; 38,5±5,8 y 39,6±5,8 respectivamente, lo que indica un
comportamiento natural como lo es aumentar con la edad;
además cuando se comparan los tres promedios, estos resultaron
ser estadísticamente significativos al compararlos con los
promedios del sexo femenino (p<0,001). Los resultados y la discusión realizada anteriormente, permiten
afirmar que el indicador porcentaje de grasa corporal (PGCR),
estimado por la ecuación de regresión, resulta ser un modelo
confiable, el cual se comporta como una distribución normal, y
está altamente correlacionado con el IMC, tiene una alta
sensibilidad y una alta especificidad, además está asociado con la
hipertensión arterial, diabetes mellitus y osteoporosis, en este
grupo de mujeres adultas evaluadas. Por lo tanto, se puede
recomendar como un indicador complementario del IMC, para
evaluar sobrepeso y obesidad, es decir, riesgo.RESULTADOS
(Considerando la variable Z obtenida en la muestra)
DISCUSIÓN
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS