Discurso pronunciado por el Dr. Emigdio Balda, Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela en el Acto Académico celebrado el día 24 de marzo de 2017 en el Paraninfo de la UCV, en conmemoración del Centenario del Natalicio del Dr. Francisco De Venanzi.
Me corresponde el honor y el privilegio, como Decano de la Facultad de Medicina pronunciar estas palabras sobre el Maestro De Venanzi, tal y como lo definió el profesor Julio de Armas: “hombre como nuestro “pancho” (así lo llamaban sus amigos cercanos): sabio, maestro, conductor, insigne investigador, culto y humanista, desprendido hasta el sacrificio (…) un venezolano de excepción.”
Este insigne hombre de ciencias, del cual hoy conmemoramos el centenario de su nacimiento, vio la luz el lunes 12 de marzo de 1917, médico, investigador científico, escritor, profesor universitario y rector magnífico de la universidad central de Venezuela. Hijo de Augusto De Venanzi y de Rosa de Novi. Cursó sus primeros estudios en Caracas en el Liceo Andrés Bello (1936), obteniendo el título de Bachiller en Filosofía y Letras. Ingresó a la Universidad Central de Venezuela, institución en la que obtuvo el Doctorado en Ciencias Médicas (1942) al presentar su tesis doctoral “Contribución al estudio de la alimentación de los trabajadores venezolanos”, premiada con diploma y medalla del concurso “Luis Razetti”.
En 1943, fue designado Médico Nutrólogo de la Sección de Nutrición en el entonces llamado Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS); y Médico de la Consulta Externa del Hospital José María Vargas. Ejerciendo la especialidad de Endocrinología, Metabolismo y Nutrición.
Fue becado para realizar una Maestría en Ciencias en la Universidad de Yale en Connecticut – Estados Unidos, especializándose en Bioquímica, en 1945.
Se inició en la docencia universitaria en la Cátedra de Fisiología de la Escuela Luis Razetti, como Preparador el 1ero de noviembre de 1940, fue nombrado en 1958 Profesor Titular de la Cátedra de Patología General y Fisiopatología en las Facultades de Medicina y de Odontología, además fue Jefe de dicha cátedra.
Para quienes no tuvieron la fortuna de conocerlo, el periodista Gustavo Arnstein, realiza una descripción del Maestro, en el año 1951, siendo Presidente de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (AsoVAC), la cual él creó en 1950.
“Presidia un hombre de poco más de treinta años, con el pelo negrísimo, de rostro fácilmente discernible de frente y de perfil, como sucede con los rostros que se ven una vez y no se olvidan nunca más: ojos abiertos y penetrantes, nariz perfilada, la comisura de los labios bien delineados, el maxilar como ápice de una faz equilátera (…) hablaba sin atropellar las palabras, con frases y- oraciones largas cargadas de precisiones. No había sobresaltos, ni contundencias verbales pero el discurso era pertinaz y cristalino como la garúa buena.” fin de la cita.
Ejerció la Presidencia de la Comisión Universitaria de la UCV, organismo que tuvo a su cargo la definición del nuevo perfil que se le daría a la universidad venezolana, concibiéndola como una institución autónoma y democrática.
Para quienes en ese entonces no comprendían el sentido de la universidad democrática, planteó que la “Autonomía Universitaria (en palabras del propio De Venanzi) es el sistema que mejor protege al pensamiento crítico y por ello representa un aporte significativo en la consolidación de los factores que orientan la integración universal.” autonomía y libertad, valores indisolubles… y que definen a un Ucevista.
De esa comisión universitaria, salió la Ley de Universidades, aprobada por el Gobierno Nacional en 1958, año en el cual asume de manera temporal el cargo de Rector, que luego se le otorgó en propiedad (1958-1963), como resultado de las primeras elecciones realizadas por el Claustro de esa casa de estudios en el siglo XX.
Durante su gestión se intensificó la gratuidad de la educación superior, aumentando la matrícula estudiantil y el personal docente y administrativo; se amplió la misión investigativa y formativa de la institución al crearse nuevas facultades (Ciencias), escuelas (Salud Pública, Servicio Social, Ingeniería Química, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Mecánica y Medicina), institutos y centros (Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH), Instituto de Estudios Políticos, Instituto de Investigación Periodística y Centro de Estudios del Desarrollo), entre otros logros.
Fue Jefe de la Sección de Investigaciones Metabólicas y Nutricionales, del Instituto de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina (UCV), desde mayo de 1980 hasta septiembre de 1987.
Su interés por la investigación científica lo llevó a propiciar la creación de AsoVAC, como mencionamos en párrafos anteriores, del Centro de Investigación de Cáncer de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela y del Instituto de Investigaciones Médicas de la Fundación Luis Roche, este último junto con Marcel Roche y un destacado grupo de científicos.
Como escritor, De Venanzi produjo más de un centenar de artículos dando a conocer los resultados de sus investigaciones, muchas de ellas realizadas en equipo, y varios libros en los que reflexiona sobre la necesidad de mejorar la Educación Superior, de mantener la Autonomía Universitaria, de promover la investigación científica en todas las áreas del conocimiento. Publicó 5 libros científicos y 87 crónicas en las prensas nacionales. Además participó en más de 16 congresos en el exterior y el país; y dictó 25 conferencias y seminarios, presentó 73 trabajos científicos. Fue Cofundador de la Revista Acta Científica Venezolana y Fundador de Acta Médica Venezolana…… y lo que es aún más interesante, es el hecho de que varias de sus publicaciones fueron editadas después de su fallecimiento!!!
Su labor como Investigador y Profesor Universitario le fue ampliamente reconocida con el otorgamiento de varios premios, entre ellos, el Premio José Gregorio Hernández (1945), el Premio Nacional de Ciencias (1955), éste junto con Marcel Roche, el Premio CONOCIT (1980), junto con Félix Pífano, y el Premio Simón Bolívar a la Labor Universitaria (1983). Igualmente fue distinguido con varios doctorados Honoris Causa, en la Universidad Central de Venezuela de las Facultades de Ciencias y Farmacia (1965), la Orden Andrés Bello, 1968, la Orden del Libertador, 1979, en la Universidad de Los Andes (1972) y la Universidad de Carabobo (1981).
Deseo traer a este acto unas hermosas palabras de Pablo Antillano que se incluyen en la biografía de De Venanzi publicada en las bases del Premio Simón Bolívar a la labor universitaria “cito: “De Venanzi ríe continuamente, pero ríe con malicia, como el niño que es sorprendido por el recuerdo de su propia travesura. Es una manera caraqueña de reírse de los otros y de sí mismo, es la típica “tomadera de pelo”. ríe cando rosamente cuando evoca su infancia y lo pequeña que era Caracas en aquellos años; ríe maliciosamente cuando recuerda la primera vez que vio a Rómulo Betancourt, con un sombrero en la mano, soliviantando contra Gómez a los estudiantes en las puertas del Liceo Andrés Bello; ríe triunfalmente cuando comenta que una vez que el Presidente Betancourt cogió una rabia y mando a “poner preso al Rector”; ríe paternalmente cuando enumera los desaguisados de los “terribles” Líderes Estudiantiles de principio de los Sesenta; ríe de su propio desencanto cuando piensa que entre los venezolanos de la actualidad prevalece la chivatería y el pajarobravismo por encima de la inclinación al esfuerzo, a la perseverancia y a la voluntad de servicio a la colectividad. y esas maneras de reír provocan en el interlocutor la inequívoca sensación de estar en presencia de una muy extraña y verdadera alegría de espíritu.” fin de la cita
El Maestro De Venanzi afirmaba contundentemente que “en un país democrático, la injerencia de la política en los Centros de Altos Estudios es casi inevitable, no obstante cabe asumir la responsabilidad de preservarlos de las luchas intestinas destructivas y asegurar la vigencia de la meritocracia. Es necesario salir al encuentro de la falsa idea de que existe un antagonismo entre democracia y meritocracia”…. que vigencia tienen sus palabras!!!.
Falleció en Caracas el sábado 12 de septiembre de 1987. Actualmente la Universidad Central de Venezuela otorga un reconocimiento a sus investigadores denominado Premio Orden Francisco De Venanzi.
El principal legado del Doctor De Venanzi es haber sembrado la semilla en muchos de los corazones de los estudiantes de esa época y que ahora son los profesores de nuestra universidad, que siguen y seguirán formando generaciones de jóvenes que responden a las necesidades del país. Por lo que la luz de su visión no se apagará…. quedará en la historia a la altura de grandes figuras como el Doctor José María Vargas, el Doctor Luis Razetti, el Maestro Simón Rodríguez, entre otros…
Pancho: hoy te damos las gracias por todo lo que nos dejaste: lucidez y fuerza de voluntad. El Rector de Rectores. El hombre que murió con la bata puesta y la probeta en la mano.
Quiero terminar mi discurso con la última frase del “credo de Francisco De Venanzi”: creo en el amor, lo más bello, por ser el elemento que le da consistencia a las horas más gratas, sublimiza la emoción, nos confiere relevancia, nos mantiene la ilusión de vivir; con el amor las horas tristes pierden sus agudos filos cortantes; se atenúan en la dulzura y se hacen más tolerables; creo en el amor de mi esposa, de mis familiares y amigos, un dulce bálsamo para las penalidades y un estímulo para preservar y luchar.” fin de la cita.
Muchas gracias…