Notas y apreciaciones personales sobre el Dr. Francisco De Venanzi, consta de dos partes : así como descripciones, anécdotas y experiencias de trabajo, de docencia y personales del Bioanalista Francisco Peña P., quien se desempeñó en el trabajo diario de laboratorio y vida universitaria por más de cuarenta años junto al Dr. De Venenzi. La idea no es solo conocer el gran investigador y propulsor de la Ciencia en las Universidades del país, sino también tener una mirada más cercana de sus ideas, vida, del investigador y del primer Rector que sentó las bases de nuestra Universidad Autónoma.
Palabras clave: Francisco De Venanzi; Científicos venezolanos; Universidad Central de Venezuela. Autonomía universitaria; Rectores de la UCV; Investigadores venezolanos.
Through notes, descriptions, anecdotes and work experiences, in teaching, work and personal the Bioanalyst Francisco Peña P. approaches life and performed in daily laboratory work and university life for more than forty years together with Dr. Francisco De Venanzi. The idea is not only to know the great researcher and promoter of Science in the country’s Universities, but also to have a closer look at his ideas, life, the researcher and the first Rector who laid the foundations of our Autonomous University.
Key words: Francisco De Venanzi; Venezuelan scientists; Central University of Venezuela. University autonomy; Rectors of the UCV; Venezuelan researchers.
Al doctor Francisco De Venanzi, se le conoce como Rector Magnífico y Rector de Rectores, éste último reconocimiento conferido en 1984, por todas las universidades autónomas y privadas que existían en Venezuela en esa época. También, fue distinguido Doctor Honoris Causa, por varias universidades venezolanas, todo ello producto de su exitosa gestión como Rector de la Universidad Central de Venezuela.
La Ley de Universidades que incluye la Autonomía Universitaria, las instalaciones de: la Facultad de Ciencias, el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, la Asociación de Profesores, el Instituto de Previsión Social del Profesor de la UCV, el Orfeón Universitario, la Imprenta Universitaria, la Escuela de Salud Pública, el apoyo rectoral para la creación de otros organismos: el Centro de Biología Experimental, el Laboratorio de Tecnología de Alimentos, el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) son algunas de las importantes instituciones que forman parte de su cometido.
Es pertinente recordar que desde muy joven, le atrajo la lectura de diversos temas y a la vez transmitir esos conocimientos, de allí se entiende que siendo estudiante de Medicina, solicitó su ingreso a la cátedra de Fisiología de esa Facultad, a objeto de ser Preparador de Prácticas, aspiración docente ratificada al graduarse de doctor en ciencias médicas y solicitar su ingreso en calidad de profesor.
Su interés por ampliar, mejorar y actualizar sus conocimientos lo indujo a realizar estudios de especialización en bioquímica y fisiología de la nutrición en la Universidad de Yale , de salud pública en el Instituto de Investigación de Salud Pública de Nueva York, de endocrinología en el Hospital New York y de isótopos radioactivos en Los Angeles- California.
Al regresar a Venezuela, continúa la actividad docente en la Cátedra de Patología General y Fisiopatología, lo nombran Adjunto y por renuncia del Jefe de la Cátedra, lo designan Jefe Encargado y con la colaboración del Rector Julio de Armas y de personal técnico de su cátedra, organiza lo que llamó “Misión Universitaria”, realizando una visita-trabajo a la Mesa de Esnujaque en el estado Trujillo, a fin de realizar investigaciones sobre el bocio endémico, enfermedad que afectaba a muchos pobladores de la región andina.
En esta situación, es intervenida la UCV por el gobierno nacional y al no acatar las directrices del Consejo de Reforma, que él consideró inaceptables, es expulsado de esa casa de estudios.
Ante esta realidad, el doctor De Venanzi intensifica su iniciativa sobre la creación de estructuras que estimule y facilite, participar en la investigación científica. Con la tenacidad que le fue característica, supera dificultades, cumple con las exigencias requeridas, instala y pone en funcionamiento a la AsoVAC, a la FundaVAC con sus respectivos órganos informativos. Promociona la importancia de crear un consejo nacional de investigaciones científicas, organismo que funcionaba cumpliendo con su objetivo de manera satisfactoria en otros países. Después de insistir durante varios años, el gobierno nacional decretó la creación del CONICIT en 1967, pero fue dos años después que nombró su Directorio, del cual el doctor De Venanzi formó parte en representación de la AsoVAC hasta 1981.
Su interés por lo divulgativo lo lleva a crear el espacio de televisión “Ventana a la Ciencia” de gran sintonía. Es cofundador de la revista “Acta Médica Venezolana”, promociona y participa en la creación de Sociedades Científicas, funda el Centro de Investigación del Cáncer en la Sociedad Anticancerosa, donde realiza y publica varios trabajos de investigación. Funda el Laboratorio Médico Analítico, donde se realizaban pruebas novedosas para uso asistencial e investigativo.
Con el Dr. Marcel Roche, fundan y dirigen el Instituto de Investigaciones Médicas de la Fundación Roche, donde realizan investigaciones. Reanudan las actividades iniciadas en la UCV., con la Misión para el estudio del bocio. Investigan sobre esta enfermedad en los pobladores de diversos pueblos a lo largo de la Cordillera de los Andes, tomando en cuenta la geografía, hábitos alimentarios, utiliza procedimientos y técnicas actualizadas en países avanzados en este campo. Los resultados se publicaron en revistas y folletos. El gobierno nacional reconoció la importancia de la investigación, otorgándole al Instituto el “Premio Nacional de Ciencias Año 1954”
La Misión realiza viajes investigativos a Manuare, San Joaquín y Ocumare de la Costa, poblaciones situadas alrededor de un ramal de la Cordillera de la Costa. Los importantes resultados se publicaron. Tiempo después, para completar la investigación, se determinó el Iodo en muestras de agua marina, obtenidas en el mar que rodea a Ocumare de la Costa y la Bahía de Cata.
Con el argumento que por la situación geográfica de Venezuela era provechoso para el país, crear un Instituto Oceanográfico, el doctor De Venanzi organizó un sistema de becas para la formación del recurso humano necesario para un buen funcionamiento, a tal efecto envió becarios a varios centros especializados en Biología Marina de Norte América y Europa. El regreso de los oceanógrafos y biólogos marinos al país, condujo a la fundación del anhelado Instituto Oceanográfico y a la vez facilitó el inicio de la Universidad de Oriente.
De Venanzi, Incrementó la divulgación científica y sus diversas actividades a través de publicaciones en la prensa escrita, la radio y televisión.
A raíz del derrocamiento de la dictadura del General Pérez Jiménez. el nuevo gobierno lo nombra Presidente de la Comisión Universitaria con funciones de Rector, a fin de realizar una reorganización de la UCV y redactar un Proyecto Ley de Universidades que contemplara la Autonomía Universitaria, la cual fue aprobada y proclamada ese mismo año. En 1959, es electo Rector por el Claustro, para el período 1959- 1963, gestión exitosa (ya comentada), reconocida por diversos sectores de la sociedad venezolana.
Organizó la Cátedra de Patología General y Fisiopatología de la Facultad de Medicina, cuyo funcionamiento la llevó a niveles de excelencia. Fue Director (E) del Instituto de Medicina Experimental, donde fundó el Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Escuela Luis Razetti, conformado por las cátedras de Bioquímica, Fisiología, Patología General y Fisiopatología y Farmacología que funcionan en ese Instituto. Creó el Curso de Post grado de Ciencias Fisiológicas de la Escuela Luis Razetti, del cual fue Profesor – Jefe de la Cátedra de Patología General y Fisiopatología de la Facultad de Odontología.
El doctor De Venanzi, tenía la convicción que el profesor universitario, no se podía conformar con sólo repetir reiteradamente lo escrito en los textos. La enseñanza debía mejorarse con investigaciones e inquirir a través de la lectura la búsqueda de lo novedoso. Convencimiento que aplicaba con rigurosidad en la cátedra que él dirigía.
La permanente preocupación del doctor De Venanzi, en facilitar a los profesores de la UCV, hacer realidad sus proyectos investigativos, lo llevó a crear en 1978, a la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), de la cual fue su promotor y directivo durante varios períodos. Gestiones consideradas positivas, que justificaron el haberlo honrado al designarlo Presidente Honorario en 1986.
Para él, la investigación científica estaba muy relacionada con el desarrollo y progreso de las naciones, así lo manifestaba en los artículos de prensa, discursos y en su accionar cotidiano. Al revisar su tránsito vital se observa, que desde muy joven, su interés por lo original, cuando siendo estudiante de Medicina, publicó su primera publicación. Continuó con su tesis doctoral, ambas investigaciones premiadas.
Su empeño por la creatividad y lo novedoso no se detuvo y es por ello que publicó más de ochenta trabajos científicos que aparecen en la bibliografía universal. En sus primeras publicaciones muestra preocupación por la nutrición. Siempre, le interesó profundizar sobre el mecanismo productor del bocio endémico e investigar intrínsecos sobre el metabolismo de los carbohidratos y recambio del fósforo inorgánico. En este sentido, diseñó procedimientos para perfundir hígado y tren posterior de la rata, que le despejaron incógnitas y han tenido reconocimiento universal.
Ante la problemática del síndrome parapléjico del ganado bovino, que afectaba considerablemente a la economía nacional, quiso dar su aporte en la búsqueda de la solución, por lo cual planificó un proyecto que llevó adelante y publicó en su primera etapa. Al fallecer, su equipo de investigación realizó la etapa complementaria proyectada.
Cuando se le preguntó el por qué ese viraje, alterando lo programado, respondió: Tengo el conocimiento y experiencia en el área carencial de la nutrición que es una de las hipótesis que está en discusión. Conocimiento adquirido con el apoyo gubernamental durante mucho tiempo, lo que me hace sentir formar parte en la búsqueda de la solución.
Además, de sus aportes que robustecen la bibliografía universal, tiene el mérito de traer y utilizar el primer espectrofotómetro en Venezuela. También, fue el primero en utilizar los isótopos radioactivos en el país, al usar el Iodo131, para facilitar el diagnóstico y tratamiento del bocio y el P32 para el recambio del fósforo inorgánico.
Resumiendo, publicó: 16 trabajos relacionados con la nutrición - 15 sobre la glándula tiroides y el bocio endémico - 44 sobre metabolismo de los hidratos de carbono y la diabetes - 14 en diversas áreas de la salud.
Fue galardonado con premios y distinciones en diferentes ocasiones. En 1980 compartió con el Dr. Jacinto Convit, el “Premio Nacional de Ciencias”
Consecuente en dar a conocer sus investigaciones y conocimientos, creía en la importancia de la divulgación, por ello su gran cantidad de temas publicados, relacionados con las ciencias, por lo cual sugerimos tenerlos presente a fin de una lectura ilustrativa. Sus estudios y profundidad de sus contenidos lo reconocieron en el ámbito internacional, al dar a conocer: “Relaciones entre los cambios de la piruvenia y del fósforo inorgánico del suero después de la administración de la glucosa en diabéticos”- “Perspectives in Biology” - “Glucagón y recambio del fósforo” - “Sketch of the relationship between serum inorganic phosphorus an carbohydrate metabolism”.
Temas como: “Aspectos de la nueva nucleónica médica. Los isótopos radioactivos” - “Futuro de la Medicina” 1974 – “Las fronteras de la vida” – “La Universidad utópica” – “El ideal académico”;- “La investigación científica en la Universidad”, “¿Es necesaria la ciencia?” forman parte de sus numerosas publicaciones.
El doctor De Venanzi, fue un cultor de la verdad, el bien y la belleza, las cuales tenía presente. En más de una ocasión las invocó y se refirió a la importancia de su aplicación; convencimiento que lo llevó a incluirlas en su Credo. En el discurso de instalación de la Facultad de Ciencias en 1958, al referirse a la ciencia y madurez del hombre, las consideró cualidades fundamentales en la vida interior del ser humano.
La densidad de su diversificada y exitosa obra, producto de talento, conocimiento, perseverancia y capacidad de saber conducir la simultaneidad en el accionar, lo identificó siempre. Fue Rector, Jefe de la Cátedra de Patología General y Fisiopatología de las Facultades de Medicina y Odontología. Director del Instituto de Medicina Experimental; profesor universitario; asistía a congresos y convenciones científicas nacionales y en el exterior; fue directivo de la AsoVAC, la FundaVAC, el CONICIT y la APIU; la lectura y escritura de diversos temas fue motivo permanente; atendía a su consultorio médico y laboratorio asistencial; nunca detuvo sus investigaciones científicas como lo evidencian más de ochenta publicaciones en revistas nacionales y extranjeras. El tiempo disponible lo cronometraba con una disciplina que le permitía cumplir de manera satisfactoria la diversidad de sus ocupaciones.
La trayectoria del doctor De Venanzi, justifica sin ningún tipo de dudas, ser merecedor del significativo atributo de Gran Venezolano.
Francisco Peña Perelli
Abril 2017.
Nace en Caracas el 12 de marzo de 1917 y fallece el 12 de septiembre de 1987, por lo que toda su vida pertenece al siglo XX, sus padres de origen italiano, Augusto De Venanzi y Rosa De Novi.
Desde muy joven sintió inclinación por la lectura, de la cual fue un apasionado e igual dedicación tuvo en dejar escrito todo lo relacionado con sus ideas y pensamientos, lo que se evidencia por la gran cantidad de libros, ensayos, referencias bibliográficas, artículos de prensa, que existen como testimonio de su intelecto. Todo ello demuestra una particular vocación para transmitir conocimientos.
Se graduó de doctor en Ciencias Médicas en 1942, sus estudios de especialización en bioquímica, fisiología de la nutrición, endocrinología y salud pública los realizó en las universidades de Yale y Cornell, y en hospitales de Nueva York. El curso de isótopos radioactivos en el Veteran Administration Center de Los Angeles, California.
Siendo estudiante de medicina, publicó su primera investigación sobre la nutrición en trabajadores. Se preocupó por conocer el origen y mecanismos de enfermedades que afectaban a gran parte de la población, de allí sus investigaciones en el área nutricional, sobre el bocio endémico, la diabetes y el cáncer.
Al darse cuenta de las dificultades existentes en el país para realizar investigación científica y el poco interés de los gobiernos en superarlas, hizo campaña en la población con capacidad económica e invitarlos a superar esas dificultades, creando organismos e infraestructuras que facilitaran tan importante propósito. La AsoVAC y la FundaVAC, con su sede son ejemplos visibles.
La educación superior y la trasmisión de conocimientos, fue otro factor necesario para lograr su objetivo y para ello le dedicó gran parte de su actividad a la docencia universitaria. En orden cronológico y haciendo un gran resumen indicamos las más destacadas actuaciones:
Al doctor Francisco De Venanzi, se le conoce como Rector Magnífico y Rector de Rectores, éste último reconocimiento conferido en 1984, por todas las universidades autónomas y privadas que existían en Venezuela en esa época. También fue distinguido Doctor Honoris Causa, por varias universidades venezolanas, todo ello producto de su exitosa gestión como Rector de la Universidad Central de Venezuela.
La Ley de Universidades que incluye la Autonomía Universitaria, las instalaciones de la Facultad de Ciencias, el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, la Asociación de Profesores, el Instituto de Previsión Social del Profesor de la UCV, el Orfeón Universitario, la Imprenta Universitaria, la Escuela de Salud Pública, el apoyo rectoral para la creación de otros organismos: el Centro de Biología Experimental, el Laboratorio de Tecnología de Alimentos, el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES),son algunas de las importantes instituciones que forman parte de su cometido rectoral.
Es pertinente recordar que desde muy joven, le atrajo la lectura de diversos temas y a la vez transmitir esos conocimientos, de allí se entiende que siendo estudiante de Medicina, solicitó su ingreso a la Cátedra de Fisiología de esa Facultad, a objeto de ser Preparador de Prácticas, aspiración docente ratificada al graduarse de Doctor en Ciencias Médicas y solicitar su ingreso en calidad de profesor.
Su interés por ampliar, mejorar y actualizar sus conocimientos lo indujo a realizar estudios de especialización en bioquímica y fisiología de la nutrición en los centros especializados ya comentados.
Al regresar a Venezuela, reanuda la actividad docente en la Cátedra de Patología General y Fisiopatología, lo nombran Adjunto y al retirarse el Jefe de la Cátedra, lo designan Jefe Encargado y con la colaboración del Rector Julio de Armas y del personal técnico de su cátedra, organiza lo que llamó “Misión Universitaria”, realizando una visita-trabajo a la Mesa de Esnujaque en el estado Trujillo, a fin de realizar investigaciones sobre el bocio endémico, enfermedad que afectaba a muchos pobladores de la región andina.
En ese momento, es intervenida la UCV por el gobierno nacional y al no acatar las directrices del Consejo de Reforma, que él consideró arbitrarias e inaceptables, es expulsado de esa casa de estudios.
Ante esta realidad, el doctor De Venanzi intensifica su iniciativa sobre la creación de estructuras que estimule y facilite, participar en la investigación científica. Con la tenacidad que le fue característica, supera dificultades, cumple con las exigencias requeridas, instala y pone en funcionamiento a la AsoVAC, a la FundaVAC con sus respectivos órganos informativos.
Promociona, en diferentes escenarios durante varios años, la importancia de crear un consejo nacional de investigaciones científicas, organismo que funcionaba cumpliendo con su objetivo de manera satisfactoria en otros países. El gobierno nacional decretó la creación del CONICIT en 1967, pero fue dos años después que nombró su Directorio, del cual el doctor De Venanzi formó parte en representación de la AsoVAC, hasta 1981.
Su interés por lo divulgativo lo llevó a crear el espacio de televisión “Ventana a la Ciencia” de gran sintonía. Es cofundador de la revista Acta Médica Venezolana”, promociona y participa en la creación de Sociedades Científicas”, funda el Centro de Investigación del Cáncer en la Sociedad Anticancerosa, donde realiza y publica varios trabajos de investigación. Funda el Laboratorio Médico Analítico, donde se realizaban pruebas novedosas para uso asistencial e investigativo.
Con el Dr. Marcel Roche, fundan y dirigen el Instituto de Investigaciones Médicas de la Fundación Luis Roche, donde realizaban investigaciones aplicadas a la salud pública. Reanudan las actividades iniciadas en la UCV por la Misión Universitaria, sobre el estudio del bocio. Investigan acerca de esta enfermedad en los pobladores de diversos pueblos a lo largo de la Cordillera de los Andes en el territorio venezolano, tomando en cuenta la geografía, hábitos alimentarios, genética y características peculiares de cada familia. Utiliza procedimientos y técnicas actualizadas en países avanzados en este campo. Los resultados se publicaron en revistas y folletos. El gobierno nacional reconoció la importancia de la investigación, otorgándole al Instituto el “Premio Nacional de Ciencias Año 1954”
Realiza investigaciones en Manuare, San Joaquín y Ocumare de la Costa, poblaciones situadas alrededor de un ramal de la Cordillera de la Costa. Los importantes resultados se publicaron en Acta Científica Venezolana. Tiempo después para completar la investigación, se determinó el yodo en muestras de agua marina, obtenidas en el mar que rodea a Ocumare de la Costa y la Bahía de Cata. También, en aguas de lluvia, de tanquillas y riachuelos de Caracas.
Con el argumento que por la situación geográfica de Venezuela era provechoso para el país crear un Instituto Oceanográfico, el doctor De Venanzi organizó un sistema de becas para la formación del recurso humano necesario para el buen funcionamiento, a tal efecto envió becarios a varios centros especializados en Biología Marina de Norte América y Europa. El regreso de los oceanógrafos y biólogos marinos al país, condujo a la fundación del anhelado Instituto Oceanográfico y a la vez facilitó el inicio de la Universidad de Oriente.
A raíz del derrocamiento de la dictadura del General Pérez Jiménez, el nuevo gobierno lo nombra Presidente de la Comisión Universitaria con funciones de Rector, a fin de realizar una reorganización de la UCV y redactar un Proyecto de Ley de Universidades que contemplara la Autonomía Universitaria, la cual fue aprobada y proclamada ese mismo año En 1959, es electo Rector por el Claustro para el período 1959 -1963, gestión exitosa (ya comentada), reconocida por diversos sectores de la sociedad venezolana.
Lo nombran Director (E) del Instituto de Medicina Experimental, comienza por reorganizar la Cátedra de Patología General y Fisiopatología, cuyo funcionamiento lo llevó a niveles de excelencia. Creó el Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Escuela Luis Razetti, conformado por las cátedras de Bioquímica, Fisiología, Patología General y Fisiopatología y Farmacología que funcionan en ese Instituto. Creó el Curso de Post-Grado de Ciencias Fisiológicas de la Escuela Luis Razetti, del cual fue su Coordinador General los primeros años de su funcionamiento. También fue Profesor – Jefe de la Cátedra de Patología General y Fisiopatología de la Facultad de Odontología.
En el área de la investigación instaló su laboratorio, organizó un equipo que le facilitó hacer realidad muchas de sus hipótesis e interrogantes. Le dio todo su apoyo a las diversas dependencias auxiliares a la investigación. En 1980, creó la Sección de Investigaciones Metabólicas y Nutricionales, siendo su Jefe hasta su fallecimiento.
El doctor De Venanzi tenía la convicción que el profesor universitario, no se podía conformar con sólo repetir reiteradamente lo escrito en los textos. La enseñanza debía ampliarse y mejorarse con investigaciones e inquirir a través de la lectura la búsqueda de lo novedoso. Convencimiento que aplicaba con rigurosidad en la cátedra que él dirigía.
La permanente preocupación del profesor De Venanzi, en facilitar a los profesores de la UCV, hacer realidad sus proyectos investigativos, lo llevó a crear en 1978, a la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), de la cual fue su promotor, animador y directivo durante varios períodos. Gestiones consideradas positivas, que justificaron el haberlo honrado al designarlo Presidente Honorario en 1986.
Para él, la investigación científica estaba muy relacionada con el desarrollo y progreso de las naciones, así lo manifestaba en los artículos de prensa, discursos y en su accionar cotidiano. Al revisar su tránsito vital se observa, que desde muy joven, su interés por lo original, cuando siendo estudiante de Medicina, publicó su primera publicación. Continuó con su tesis doctoral, ambas publicaciones premiadas.
Su empeño por la creatividad y lo novedoso no se detuvo, y es por ello que publicó más de ochenta trabajos científicos que aparecen en la bibliografía universal. En sus primeras publicaciones muestra preocupación por la nutrición. Siempre, le interesó profundizar sobre el mecanismo productor del bocio endémico, e investigar intrínsecos acerca del metabolismo de los carbohidratos y el recambio del fósforo inorgánico.
Ante la problemática del síndrome parapléjico del ganado bovino, que afectaba considerablemente a la economía nacional, quiso dar su aporte en la búsqueda de la solución, por lo cual planificó un proyecto que llevó adelante y publicó en su primera etapa. Al fallecer, su equipo de investigación, para cumplir con la última voluntad científica del doctor Francisco De Venanzi, realizó la etapa complementaria proyectada
Cuando se le preguntó el por qué de ese viraje, alterando lo programado, respondió: Tengo el conocimiento y la experiencia en el área carencial de la nutrición que es una de las hipótesis que está en discusión. Conocimiento adquirido con el apoyo gubernamental durante mucho tiempo, lo que me hace sentir formar parte en la búsqueda de la solución.
Además, de sus aportes que robustecen la bibliografía universal, tiene el mérito de traer y utilizar el primer espectrofotómetro en Venezuela. También, fue el primero en utilizar los isótopos radioactivos en el país, al usar el Iodo131, para facilitar el diagnóstico y tratamiento del bocio y el P32 para el recambio del fósforo inorgánico.
Con los doctores Marcel Roche y Eduardo Coll García, planificó un programa para la profilaxis del bocio endémico en Venezuela, a través de la yodación de la sal de consumo humano, implantándose el ”Programa Nacional de Yodación de la Sal”, por el Ministerio de Sanidad, mediante el Decreto Nº 667 del 21 de noviembre de 1966 y puesto en vigencia por la Empresa Nacional de Salinas (ENSAL) en 1976. El programa ha sido evaluado por el Instituto Nacional de Higiene y por el Instituto de Medicina Experimental.
El doctor De Venanzi, en atención a su especialidad en el área de la diabetes, siempre le interesó lo relacionado con el metabolismo glucìdico y los intrínsecos sobre el recambio del fósforo inorgánico, ante el efecto de las pentosas, hexosas, epinefrina, insulina y glucagón.
Tal interés lo indujo a utilizar procedimientos producto de su creatividad. Uno de ellos fue la “Prueba Delta G y Delta P” que consistía en conocer la producción de insulina por el páncreas, a través de la relación glucosa y fósforo inorgánico, después de haberle suministrado solución glucosada al paciente. Esta prueba permite clasificar a los diabéticos y facilita el tratamiento.
Para tener presente lo valioso de esta prueba, es conveniente recordar que para entonces no se conocía el procedimiento actual para determinar insulina.
En sus investigaciones sobre el metabolismo glucìdico, utilizó animales de experimentación. A perros aparentemente normales y a perros diabéticos (pancreatectomizados y aloxanizados), los sometía a procedimientos experimentales.
Diseñó con éxito equipos y técnicas a fin de perfundir hígado y tren posterior de la rata que han sido utilizados por investigadores de otros países.
Creó el Centro de Investigaciones del Cáncer de la Sociedad Anticancerosa, donde realizó investigaciones acerca de esta enfermedad.
También, realizó investigaciones en el campo de la obstetricia, ginecología, vías respiratorias y en el tejido de la piel de rata, publicadas en revistas especializadas.
Su intensa actividad científica la mantuvo hasta el final de su existencia física, dejando proyectos a continuar, de allí la aparición de publicaciones después de su lamentable fallecimiento.
Resumiendo, publicó 16 trabajos relacionados con la nutrición – 15 sobre la glándula tiroides y el bocio endémico – 44 acerca del metabolismo de los hidratos de carbono y la diabetes – 14 en diversas áreas de salud, lo cual evidencia su interés permanente en dar a conocer soluciones para una mejor condición de vida.
Fue galardonado con premios y distinciones en diferentes ocasiones. En 1980, compartió con el Dr. Jacinto Convit el “Premio Nacional de Ciencias”
Un agasajo que recordaba con gran aprecio, fue cuando un grupo de investigadores del IVIC, se hizo presente a su casa de habitación para homenajear a su querido maestro.
El doctor De Venanzi, siempre se interesó en ampliar y mejorar sus conocimientos. Tendencia proveniente de tener la convicción, que este propósito en una magnitud cada día mayor, lo conduciría al éxito profesional, cumplir con sus afanes académicos e investigativos y la satisfacción de transmitir esos conocimientos
La enseñanza y la divulgación del conocimiento fue una actividad permanente, de allí ser considerado un respetable maestro. Consecuente con este proceder publicó varios libros, conteniendo sus ideas y accionar: “Perfiles de la Ciencia Moderna”, “Reflexiones en Siete Vertientes”, “Mensaje al Claustro”, “Palabras para una Gestión Universitaria” y gran cantidad de temas publicados, relacionados con las ciencias, tratados a través del estudio profundo, por lo cual sugerimos tenerlos presente para una lectura ilustrativa:
Las investigaciones del Dr. Francisco De Venanzi, aportaron valiosas informaciones a la enseñanza médica clínica, a la docencia y a las ciencias. La difundió a través de conferencias, charlas, foros, simposio en diversos eventos científicos nacionales y extranjeros.
Libros, folletos, ensayos y frecuentes artículos dan constancia de su intensa labor divulgativa. Cumpliendo a plenitud con su permanente ideal.
Sus estudios y profundidad de sus contenidos lo reconocieron en el ámbito internacional.
Fue un cultor de la verdad, el bien y la belleza, las cuales tenía presente. En más de una ocasión las invocó y se refirió a la importancia de su aplicación; convencimiento que lo llevó a incluirlas en su Credo. En el discurso de instalación de la Facultad de Ciencias en 1958, al referirse a la ciencia y madurez del hombre, las consideró cualidades fundamentales en la vida interior del ser humano.
La densidad de su diversificada y exitosa obra, producto de talento, conocimiento, perseverancia y capacidad de saber conducir la simultaneidad en el accionar, lo identificó siempre. Ese don le permitió ser Rector, Jefe de la Cátedra de Patologìa General y Fisiopatología de las Facultades de Medicina y Odontología, Director del Instituto de Medicina Experimental, profesor universitario, asistía a Congresos y Convenciones científicas nacionales y en el exterior, fue directivo de la AsoVAC, la FundaVAC, el CONICIT y la APIU, la lectura y escritura de diversos temas fue motivación permanente; atendía a su consultorio médico y a su laboratorio asistencial, nunca detuvo a sus investigaciones científicas como lo evidencian más de ochenta publicaciones en revistas nacionales y extranjeras. El tiempo disponible lo cronometraba con una disciplina que le permitía cumplir de manera satisfactoria la diversidad de sus ocupaciones. Fue un orientador de ideas y voluntades al más alto nivel académico.
Para realizar tan diversas y complejas actividades durante más de cuarenta años, organizó equipos de investigación en varias instituciones : en el Instituto de Medicina Experimental, en el Centro de Investigación del Cáncer, en el Laboratorio Médico Analítico, en el Instituto de Investigaciones Médicas de la Fundación Luis Roche y en el Instituto de Medicina Experimental en una segunda etapa.
El doctor De Venanzi, desarrolló a lo largo de su variado y exitoso recorrido, la virtud de saber rodearse de valiosos colaboradores, demostrando honradez profesional y ciudadana al reconocer las importantes participaciones, cualidades aunadas a su ya conocido talento y conocimiento. En una larga lista aparecen los doctores: Augusto Pi Suñer, Humberto García Arocha, Julio de Armas, Marcel Roche, Jesús María Bianco, Mario Spinetti Berti, Jorge Vera Escobar, Augusto Ríos Teppa, Oscar Agüero, José Lamberti, Juan Montenegro, Francisco Masin, Héctor Scannone, Raimundo Villegas, Luis Mariano Zerpa, Alfonso Podrinski, Oswaldo Rodríguez, Eduardo Coll Garcìa, Virgilio Bosch, Fuad Lechìn, Enrique Pimentel Malaussena, Tulio Carnevali, Fortunato Rosa, Juan Francisco Pérez Gonzáles, José Andrés Octavio, Marcelo Alfonso.
Las doctoras: Mariana Masin, Alba de Murillo, Carmen Diez Altares de Vicente, Regina Wikinski, Ìtala Lippo de Becemberg.
Los licenciados: Andrés Gerardi, José Forero, Francisco Peña, Oswaldo Jiménez.
Las licenciadas: Ligia Garcìa de Gerardi, Hela Briceño de Alvarado, Candelaria Alfonso, Elinor Flores de D`Andrea, Violeta de Herrera, Ana Graciela Briceño, María Carucci.
Los técnicos: José Luis Méndez Martínez, Mario Martínez, Ernesto Pfister, Emilia Pérez Ayuso.
En la radio creó programas de gran interés informativo, de ellos recordamos: Notas Universitarias (Radio Cultura), La Voz Universitaria (La Voz del Ávila), La Gaceta Universitaria (Radio Miranda).
En la televisión: Ventana a la Ciencia (RCTV) en 1954, Venezuela Mira Su Futuro (RCTV), Problemas Universitarios (Televisa), Universidad y Civismo (Televisora Nacional), Mural Universitario (Televisora Nacional).
Creó revistas y boletines científicos: “Acta Científica Venezolana” en 1950, “Acta Médica Venezolana” en 1953, “Boletín de la FundaVAC” en 1954, “Universalia” en 1964, “Boletín de la APIU” en 1978.
En periódicos, boletines y revistas, son muchos los temas científicos publicados, que por su real importancia, mencionaremos algunos.
“La Ciencia y su importancia en los conocimientos políticos”.
“Atraso en las Universidades Latinoamericanas y su ubicación en el contexto mundial”
“Impulso al progreso científico de la América Latina”
“En la inauguración de la Convención de Científicos, Educadores y Empresarios para propiciar el desarrollo económico del país”.
“El intelectual y las dos libertades”
“R E H O B O T H”
“Las fronteras de la vida”
“La utopía del ser”“Perspectivas del avance científico en Venezuela”
“Dyboesfera y Subdesarrollo”
“Sobre la evolución de la ciencia venezolana”
“La investigación científica en la Universidad”
“Qué es un investigador científico”
“Puede ser planificado el desarrollo científico”
“Investigación pura, investigación aplicada y política científica”
“Becas y formación de recursos humanos”
“¿Es necesaria la ciencia?”
“Ciencia, Tecnología y Técnica”
“El futuro de la Medicina”
“El ideal académico”
“Glorioso entretenimiento”
“La APIU un intento de superación académica”
“La carrera de investigador científico”
“La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología”
“Fronteras del conocimiento, responsabilidad social y ética científica”
“El avance científico y tecnológico”
“Un paso más adelante”
“Aliento de futuro”
“Energía atómica en Venezuela, El Pasado”
“Perfil de nuestro potencial científico”
“CHERNOBIL”
“Las cinco íes del subdesarrollo”
“75 microgramos de yodo”
“Bocio Endémico”
“Cotudos para siempre”
“Integración científica de América Latina”
“Investigación y Docencia en la Universidad”
El doctor De Venanzi, fue poseedor de la particular virtud de saber utilizar el talento, el conocimiento y la reflexión en todo momento. Acierto que le permitió un accionar cónsono con sus ideas y proyectar su visión vanguardista. Esta apreciación lo confirma su trayectoria vital.
En el Instituto de Medicina Experimental le correspondió actuar en dos etapas diferentes de su vida profesional, en ambas fue coherente a su pensamiento, consustanciado con el progreso. Siendo estudiante su vocación de transmitir conocimiento lo evidenció al concursar para un cargo de Preparador de Prácticas en la Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UCV, que funcionaba en este Instituto. Confirmando esta aptitud al graduarse de médico y solicitar su ingreso en calidad de profesor en la misma Cátedra. Lo ocurrido desde ese momento (año 1943) hasta su retiro de la UCV, (año 1951) lo hemos comentado al comienzo.
En 1958, derrocada la dictadura del General Pérez Jiménez, el nuevo gobierno lo nombra, además de Presidente de la Comisión Universitaria, con funciones de Rector, Director (E) del Instituto de Medicina Experimental. Esta Dirección interina la aceptó, por poco tiempo, en espera del Dr. Humberto García Arocha, quien según el doctor De Venanzi, por su trayectoria merecía ser el Director y se encontraba cumpliendo contrato docente, como profesor en una Universidad de Canadá.
En este corto tiempo el doctor De Venanzi, empezó por implementar disciplina en las actividades fundamentales del Instituto. Dio facilidades para la investigación científica. Creó el Departamento de Ciencias Fisiológicas en el IME, integrado por las cátedras de Bioquímica, Fisiología, Patología General y Fisiopatología y Farmacología, de la Escuela Luis Razetti de la Facultad de Medicina.
Organizó la Cátedra de Patología General y Fisiopatología (durante la dictadura se desmejoró la enseñanza y no se realizaba investigación). Incorporó a profesores que la llevaron a niveles de excelencia, La investigación científica era de obligatorio cumplimiento, mejoró los laboratorios. Los Seminarios, Charlas y Conferencias se hicieron frecuentes, lo cual mejoró el rendimiento académico y de investigación. Su participación fue ejemplarizante y a pesar de sus compromisos de Rector, cumplía con sus clases teóricas y las prácticas de laboratorio que le asignaban. Asistía a los eventos programados en la Cátedra.
Mantuvo interés permanente en las investigaciones de los profesores de la Cátedra, en especial a los más jóvenes, a los cuales asesoraba. Formó un equipo de investigación que él dirigía. Publicaba los resultados en revistas especializadas nacionales y extranjeras (sustentaba el criterio de la conveniencia de publicar en los dos tipos de revistas para dar a conocer al mundo científico las editadas en el país). En ningún momento detuvo sus investigaciones, superando los contratiempos, en especial las dificultades `producidas por los allanamientos
Supo utilizar el buen funcionamiento del Bioterio de ratas (bien organizado y mantenido por Emilia Pérez Ayuso) y la perrera, para realizar investigaciones sobre el metabolismo de los hidratos de carbono y el recambio del fósforo inorgánico. Muchas de sus investigaciones (más de veinte) las realizó en este Instituto.
En 1961, volvió a ser Director Interino del IME, cuando su titular el doctor Humberto García Arocha, solicitó Año Sabático. Su interés en proporcionar a los investigadores del Instituto los avances científicos, lo evidenció una vez mas, al tomar la iniciativa para adquirir un microscopio electrónico y facilitar los trámites de instalación.
El curso de Post – Grado de Ciencias Fisiológicas idealizado y creado por él, a los diez años de actividades otorgó el grado de Magister y tiempo después el Doctorado.
Otra demostración visible, de su interés en impulsar la investigación científica, esta vez a nivel de la UCV, fue su empeñoso propósito de crear la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), a la cual quiso relacionar con el Instituto de Medicina Experimental, y a tal efecto, solicitó a su cuerpo directivo un espacio para la sede de la APIU (1978). Sus convincentes argumentos obtuvieron la aprobación.
La creación de la Sección de Investigaciones Metabólicas y Nutricionales, en 1980, fue otro de sus aciertos.
Le dio gran importancia a las actividades complementarias para el logro del mejoramiento de la docencia y la investigación, lo cual confirma su apoyo consecuente y permanente a todo lo relacionado con las ciencias. En su primera dirección interina del Instituto le dio un impulso considerable a la Biblioteca, la suscribió a varias revistas científicas especializadas en diversos campos. Aumentó el personal para ampliar el horario de lectura hasta las 10pm incluyendo los días sábado. Para ello contó con la valiosa colaboración de la Directora de la Biblioteca, la Lcda. Alecia Ramos de Acosta.
Su apoyo al funcionamiento del Bioterio de ratas y a la perrera de uso experimental, fue permanente. Instaló talleres de micro mecánica. electrónica, carpintería y a un laboratorio fotográfico, incorporando personal especializado. Construyó una cava en la Cátedra de Patología General y Fisiopatología. Contrató a un profesor de Matemáticas, a disposición del personal del Instituto.
Su visión futurista la dio a conocer de diferentes maneras. En cierta ocasión, conversando sobre el funcionamiento del IME y su proyección en el tiempo, me comentó no haber estado de acuerdo en el traslado de la Biblioteca a la azotea del edificio. Ese sitio era más apropiado para los laboratorios de investigación del curso de Post - Grado de Ciencias Fisiológicas y así se lo hice saber a la Dirección del Instituto y le di a conocer las razones:
Lamentablemente, mi propuesta no fue atendida. El doctor De Venanzi, fue poseedor de la particular virtud de saber utilizar el talento, el conocimiento y la reflexión en todo momento. Acierto que le permitió un accionar cónsono con sus ideas y proyectar su visión vanguardista. Esta apreciación la confirma su trayectoria vital.
La autocrítica fue otro de sus valores, en un momento de reflexión se lamentaba de fallas en sus primeras publicaciones.
Le dio cabida a la libertad de pensamiento y de expresión. Los que formamos parte día a día y durante largo tiempo del Instituto, podemos dar fe de esta ejecutoria personal, donde el respeto humano se hizo costumbre. La disciplina y la vocación de servicio eran para él de gran valor ciudadano, las practicó en todo momento, de allí la importancia ejemplarizante que tiene.
En reconocimiento a la acertada actuación del Dr. Francisco De Venanzi, las Jornadas Científicas del Instituto de Medicina Experimental, evento de programación anual, por iniciativa de la Dra. Ìtala Lippo de Becemberg llevan su nombre.
La efectividad de los hechos verifica la intensa y exitosa ejecutoria del doctor De Venanzi, en la vida académica y científica del Instituto de Medicina Experimental, por tanto para muchos conocedores de los resultados, la institución representa la presencia del Dr. Francisco De Venanzi.
La trayectoria del doctor De Venanzi, justifica sin ningún tipo de dudas, ser merecedor del significativo atributo de Gran Venezolano.
Francisco Peña Perelli.
Mayo, 2018.