El presente artículo tiene por objeto destacar la trayectoria de vida profesional, científica y humana del Doctor Jacinto Convit, en el marco de la celebración del 55ºAniversario del Instituto de Biomedicina (julio año 2019) del cual fue fundador. A tales fines, se aplicaron los principios de una triangulación de exploración e interpretación de diversas fuentes bibliográficas, documentales, así como reflexión, de experiencias acumuladas por parte de las autoras, vinculadas a una parte significativa de la dinámica de vida de este insigne médico venezolano. Se aplicó la técnica de análisis de contenido para identificar factores/elementos claves, que marcaron su existencia. Los resultados, enfatizan el legado de un ser humano que, desde su praxis como estudiante del último año de Medicina, inició su ejercicio asistencial, vinculado a programas de atención, dirigido a poblaciones vulnerables y socialmente excluidas, que le motivó y condujo al complejo mundo de la investigación científica. Las conclusiones resaltan una experiencia de vida, referencia para el personal médico y todo trabajador que se dedique a la Salud Pública para ratificar la salud como valor de vida y desarrollo social de los pueblos desestimando la exclusividad basada en ausencia de enfermedad.
Palabras clave: Jacinto Convit; Paradigma; humanista; transformador de la salud; Control de endemias.
The objective of the present article is to highlight the trajectory and achievements in the scientific, professional, and human perspectives of Doctor Jacinto Convit within the celebration of the 55th Anniversary of the Institute of Biomedicine (Julyyear 2019). Through a triangulation of research and analysis of various bibliographic sources, documentaries and accumulated experiences by the authors linked to a significant area of the dynamics of life of this remarkable Venezuelan physician. The analysis of content technique was applied in order to identify factors that were determinant in his life. Results emphasize the legacy of a human being that since the beginning of his praxis as a last year student of Medicine started his professional exercise linked to care programs oriented towards vulnerable people socially excluded. This fact leads him to the complex world of scientific research. Conclusions highlight an experience of life, reference for physicians and every personnel working in public health to ratify this as a life value and social development of the countries; dismissing the exclusiveness based on absence of illness.
Key words: Jacinto Convit, Paradigm; humanist; developer ofhealth; Endemics control.
La orientación del presente artículo, es develar la trayectoria asistencial y científica enmarcada en una visión humanista de la gestión desarrollada por el Doctor Jacinto Convit, reconocido científico venezolano, cuyo ejercicio profesional como médico sanitarista – especialista – investigador – educador, siempre estuvo enfocada a una cosmovisión genuina de la integración de la prestación de servicios de atención en salud de forma holística. Referentes claves de su accionar para lograr con igual tenor de importancia, el control de los procesos mórbidos y la transformación favorable de las expectativas sociales en las comunidades endémicas.
Bajo estas premisas, desde sus inicios como profesional de la salud, lideró equipos multidisciplinarios de alto desempeño y permaneció hasta el último de sus días, anclado a la desmitificación de la lepra como enfermedad estigmatizante socialmente, así como prevención y control de otras endemias, que afectaban a poblaciones tradicionalmente excluidas desde su contexto socio-cultural y sanitario.
Por tales razones, en reconocimiento a la trayectoria humana y científica de este valioso profesional de la salud, las autoras del presente artículo aplicaron los principios de una triangulación de exploración e interpretación de diversas fuentes bibliográficas, documentales, así como reflexión, de experiencias acumuladas por parte de las autoras, vinculadas a una parte significativa de la dinámica de vida de este insigne médico venezolano que acreditaran el estudio de su vida, obra y accionar en el ejercicio profesional durante su existencia, cuyos logros alcanzados, para el control de las enfermedades endémicas, han sido reconocidos nacional e internacionalmente para el control de enfermedades endémicas, haciéndolo merecedor de numerosas preseas y títulos, por su destacado trabajo en beneficio de la Salud Pública.
En este sentido, a la luz de las necesidades expuestas por reconocidos sectores priorizados de población y sustentados en la develación de elementos claves, producto de esta investigación realizada, consideramos congruente motivar en el lector/autoridades de salud, la reflexión sobre el modelo tradicional de prestación de servicios de atención, implantado por nuestro Sistema Público Nacional de Salud que permita la incorporación de nuevos paradigmas dirigidos a la prevención, atención y control de daños, que respondan a nuestras auténticas necesidades socio-sanitarias y culturales.
Las bases que sustenta la construcción de este artículo, derivado de la Conferencia presentada en la fecha aniversario del Instituto de Biomedicina (julio, 2019), se enmarca en la revisión y análisis crítico de diferentes fuentes de investigación de tipo bibliográfico y documental, las cuales se encausan hacia la sistematización de la vida y obra del Doctor Jacinto Convit desde una mirada integradora.
Ante la densa y compleja bibliografía disponible del Doctor Convit, fue necesario aplicar técnicas de organización, sistematización y análisis de contenido, de los diferentes materiales consultados, a fin de vincular lo humano –científico en su accionar profesional y presentar una imagen más cercana al ser humano en sus diferentes dimensiones. Es por tales razones, que se fortaleció dicho análisis con la técnica de triangulación validada por Denzin en 1970 (citado por la autora Arias, V. María, M., 2000), quien abarca en las formas de contrastación: datos de investigadores, teorías, de métodos y múltiple. Así, se realizó la contrastación independiente de éstos y las evidencias del quehacer cotidiano/institucional registrado del mencionado Doctor, que posteriormente a través de comparación y consenso permitió la conciliación de los hallazgos presentados en los resultados. Al respecto, señalan los autores Cohen et al. (1990), que este tipo de indagaciónofrece datos más válidos y confiables. Igualmente, se enriqueció esta triangulación de datos, con información procedente de la voz de las autoras del presente artículo, quienes pueden valorarse como actores/testigos directos de una parte significativa del recorrido humano y profesional de este insigne ser humano. Por tanto, en este orden de ideas y mediante la realización de video-conferencias, fue posible acopiar recuerdos, compartir experiencias, reflexionar de manera conjunta, debatir y ampliar ideas; así como, consolidar los hallazgos presentados en los resultados y conclusiones, utilizando una metodología fructífera de trabajo colaborativo horizontal. Producto de estos encuentros fue posible entonces: (a)plasmar en este documento evidencias cargadas deincesantes y creadoras iniciativas, así como logrosobtenidos en diferentes áreas del conocimiento:investigación científica, docencia y gerencia deprograma; transversado todo esto, por una línea depensamiento centrada en el enfoque humanistaintegrador de la salud de la población, especialmenteaquellas vulnerables socialmente; (b) Incluir en lametodología de investigación empleada, novedosastécnicas de contrastación de información dentro deuna misma indagación, denominada triangulaciónmúltiple, que valida el análisis de los datospresentados y confiere mayor fiabilidad a lainformación obtenida. Es así como, generar unainvestigación para una conferencia centrada en la viday obra del Doctor Jacinto Convit se convirtió en undesafío de síntesis analítica que certificara sutrayectoria de vida, ponderando lo humano ycientífico de su accionar profesional.
Los resultados de esta investigación, soportada inicialmente en una conferencia de la trayectoria del Doctor Jacinto Convit, nos llevó a experimentar un desafío en superar el paradigma de investigaciones bibliográficas /documentales de tipo tradicional, debido al perfil de este admirable profesional, el cual necesariamente demandó el objetivar otro tipo de análisis de su trayectoria, que permitiera el encuentro de una historia humana y científica, unidos por una esencia del valor de la salud como principal indicador de vida. Así mismo, ampliar su radio de acción al incorporar la educación, con similar grado de importancia, prioridad y pertinencia, desde el ámbito académico, hasta los espacios socio-sanitarios y participación de las comunidades involucradas.
Estos postulados se materializaron en cada momento de su vida a tiempo completo; desde la investigación científica integrada a la docencia y accionar de programas integrales de control de endemias, centrados de manera prioritaria en la población vulnerable, debido a las precarias condiciones socio-económicas y sanitarias presentes en el escenario donde hacen vida, aunado a las condiciones de lejanía y dispersión geográfica que lo caracterizan. Bajo estas consideraciones, se presentan los resultados de la investigación dirigida a la vida y obra del doctor Jacinto Convit, apoyada en una síntesis de tres momentos, armónicamente articulados e interdependientes entre sí, lo que obligatoriamente sugiere su lectura desde su dimensión integral: humana y científica.
Doctor Jacinto Convit (1913 – 2014). Este ilustre científico venezolano, nació en Caracas, 11 de septiembre de 1913, fue el segundo hijo de la familia Convit-García, madre venezolana de origen canario y padre catalán nacionalizado por el General Cipriano Castro, por tanto, descendiente de padres inmigrantes canarios. Tal como lo relata el Doctor Ávila Bello, J. (1996:21), a pesar de haber pertenecido a las llamadas “familias pudientes” para la época, su formación académica fue cumplida en el Liceo San Pablo; luego, la secundaria cursada en Liceo Andrés Bello bajo la dirección de dos insignes maestros: Don Rómulo Gallegos y Don Pedro Arnal y materializó su formación profesional en la Universidad Central de Venezuela (U.C.V.), de Caracas, donde obtuvo el título Doctor en Ciencias Médicas (1938). Posteriormente, se especializó en Dermatología en Estados Unidos.
Tal como lo reseña el Doctor Ávila Bello (1996:31), inició su carrera sanitario-epidemiológica en 1937, cuando siendo todavía estudiante de Medicina, fue invitado por los Doctores Martín Vegas y Carlos Gil Yépez para asistir a la Leprosería de Cabo Blanco; esto motivó que ya graduado, fuese designado residente de la mencionada institución, que, para aquel entonces, tenía más de 80 años de construida y adolecía de recursos médicos para la atención de los enfermos. Es aquí donde inició su aprendizaje sanitario-social-humanista, para atender a los enfermos y mediante la indagación médico/sanitaria, profundizar en el conocimiento y control de esta enfermedad infecciosa, que le acompañó toda su vida profesional.
En cuanto a la construcción de su núcleo familiar, relata el mencionado autor Ávila Bello, (1996), que el Doctor Convit (1937), cuando cumplía su internado de pre grado en el centro asistencial, Puesto de Socorro en Caracas, conoció a Rafaela Marotta D’Onofrio, caraqueña de origen italiano, con quien se casó 10 años después, el 1 de febrero de 1947. De esta unión nacieron cuatro hijos, uno en actividad agropecuaria, dos médicos residenciados en Estados Unidos y uno fallecido. Describía a su esposa como una mujer “cariñosa, su compañera de viajes, que le apoyaba en sus proyectos y una madre abnegada y apasionada, un modelo de mujer que ya no hay”. Su esposa falleció en el 2011 y el Doctor Convit, en mayo del 2014.
Como antesala a la trayectoria profesional transitada por el doctor Jacinto Convit, es oportuno destacar que a partir de 1.936 se organizó el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), hoy Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), con la finalidad de iniciar la prevención y control de las enfermedades trasmisibles que para ese momento diezmaban la población (ejemplos: lepra, malaria, tuberculosis, Chagas, entre otras); sin embargo, bajo un enfoque fundamentalmente biologicista – unicausal, con verticalidad de acciones clínicas y centralismo gerencial para garantizar el efectivo control de las endemias; siendo pertinente, oportuna y válida dicha metodología de trabajo para ese periodo, a fin de dar respuesta al momento coyuntural socio-histórico vivido para la época.
Es a partir de1938 que el Dr. Convit se dedicó al tratamiento clínico de la Lepra y en colaboración con el Dr. Martín Vegas, desarrolló campañas educativas para la erradicación colectiva del contagio de la enfermedad por convivencia con leprosos. Tal como lo relata el Doctor Ávila Bello (1996), su interés por la investigación surgió cuando era residente de Cabo Blanco y evidenció las incógnitas que existían en torno al conocimiento y comprensión de la mencionada enfermedad; así como, lo que significaba el contacto a diario y la manipulación de estos enfermos.
Es así, motivado por el interés de ayudar a estos enfermos que en 1941, publicó su primer trabajo titulado “El mal de Hansen. Algunas nociones que el público debe conocer sobre la lepra”. Esto, con la finalidad de difundir el conocimiento de esta afección, en una población que vivía en dramáticas condiciones sanitarias. Igualmente, destacar la importancia del médico epidemiólogo de realizar la educación sanitaria de la población como actividad primordial en el control epidemiológico de cualquier enfermedad.
Posteriormente, partir de 1946 inicia su participación en innumerables Congresos Internacionales de Lepra y obtuvo por concurso, el cargo de médico Dermatólogo del Hospital Vargas, siendo instructor y director de su laboratorio. Así, continuó su ascenso profesional y en 1950, fue nombrado Jefe de Clínica Dermatológica del mencionado centro asistencial. En1962 participó en la creación de la Escuela de Medicina, Dr. José María Vargas, de la UCV y asumió la dirección de la cátedra de Dermatología clínica.
De forma paralela amplió su proyección internacional, pues en 1968 fue nombrado Presidente de la Asociación internacional de la Lepra y reelecto en 1973. Igualmente, en 1971 fue nombrado por la OMS, Director del Centro Cooperativo para estudio histológico y Clasificación de la Lepra. En 1971 se constituyó el Instituto Nacional de Dermatología, conocido hoy como Instituto de Biomedicina (I.B.) y el Dr. Convit fue su fundador y Director hasta sus últimos días; compartió esta responsabilidad nacional con la respectiva internacional, ya que a partir de 1976 fue nombrado director del Centro Panamericano de Investigación y Adiestramiento en Lepra y Enfermedades Tropicales (CEPIALET). Para el año 1980, ingresó como individuo de número en la Academia Nacional de Medicina. Y, en justo reconocimiento a su destacada labor fue merecedor de numerosas preseas y reconocimientos, entre los que se destacan: Príncipe de Asturias (1987). Nominado al Premio Nobel de Medicina (1988). Héroe de la Salud Pública en las Américas (2002). Prize en Medical Sciences (2006). Legión de Honor. República de Francia (2011). Orden Libertadores y Libertadoras (2014) Post Mortem, entre otros.
Tal como fue señalado en la sección precedente, el MSAS, hoy M.P.P.S. fue creado en 1936, para atender e interrumpir la trasmisión de enfermedades infecciosas que diezmaban la población. Igualmente, bajo postulados con enfoque biologicista, en la década 1940 – 1950, se organizaron progresivamente, los Servicios de Dermatología Sanitaria a nivel nacional, que posteriormente en 1962 se integraron a la División de Dermatología Sanitaria, hoy Instituto de Biomedicina (I.B.). Estos servicios de atención, se organizaron con equipos biomédicos dedicados al desarrollo de actividades de búsqueda, diagnóstico, tratamiento y control de enfermos, integrando acciones de educación sanitaria para el fomento, promoción y prevención de la salud, sustentado en el modelo de atención por niveles de Leavell & Clark, sugerido para este momento histórico por la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y centrado en la historia natural de la enfermedad y grado de complejidad.
En dichos centros, la prestación de servicios de atención se caracterizó por ser bio-psico-social integral, pero bajo un modelo biologicista, donde los educandos (pacientes y familiares), participaban solo, como sujetos pasivos de las medidas sanitarias y médicas. Dicha estrategia produjo resultados positivos en la reducción temporal de las endemias, pero sin capacidad resolutiva sostenible en las comunidades de forma permanente.
Es a partir de la década de 1980 hasta la actualidad, que en forma paralela y progresiva, sustentados en el avance investigativo, que se implementan novedosas modalidades para manejo de los enfermos y formas de tratamiento para la lepra así como otras endemias (Leishmaniasis, Oncocercosis, entre las más relevantes), incorporando además, los estudios en comunidades para detección y control de factores condicionantes, acompañado de extensión de la educación en Salud Pública, para mejorar su calidad de vida.
En consecuencia, la dinámica de vida profesional del Doctor Jacinto Convit como investigador científico, se mantuvo vinculada en forma permanente a una línea de pensamiento crítico, sustentada en la resolución de los problemas de salud en la población y le convirtió en viajero permanente por las diferentes regiones del país, (década noventa e inicios del dos mil), con prioridad hacia las comunidades rurales dispersas e indígenas más vulnerables, debido a su condición geográfica, formas de vida y limitaciones en la producción económica; esto, con la finalidad de contactar de cerca el funcionamiento del programa de control integral de endemias, desarrollado por los Servicios de Dermatología Sanitaria. Un momento y espacio propicio para compartir una de tantas acertadas reflexiones: “Un médico, un hombre de ciencias, no puede quedarse encerrado en cuatro paredes. Tiene que salir a la calle y ver cuáles son las necesidades de la gente” Dr. Jacinto Convit.
Es así como, su agudeza de observación analítica y crítica generaba una especie de guía de discusión espontánea con el equipo de salud local y representantes de estas comunidades. Esta experiencia fue registrada por los autores, García Bailde y Borges Rafael (2004), quienes describieron como, el encuentro con cada comunidad objeto de estudio, resultó una maravillosa oportunidad para los equipos de salud; especialmente, el personal médico joven en proceso de formación, quienes valoraban estos espacios de discusión y reflexión como fortalecimiento académico vinculado a las realidades sociales.
Este acercamiento a las distintas regiones, permitió evidenciar el creciente y progresivo deterioro del sistema de salud del país, con especial énfasis el primer y segundo nivel de atención, donde la capacidad resolutiva se encontraba en crisis por el abandono sostenido de las políticas públicas en salud. Citamos como ejemplo, el Programa de Medicina Simplificada, pionero en la salud comunitaria, reconocido en los postulados de la Atención Primaria en Salud (APS), realizada en Alma-Ata Rusia 1978. Situación que afectaba directamente a la población enferma o en riesgo de enfermar, de patologías como la lepra, Leishmaniasis, Oncocercosis, Tuberculosis entre otras.
Esta realidad observada, colmó de preocupación al Doctor Convit, motivándolo a generar diálogos con las autoridades del Ministerio de la Salud, a los fines de sensibilizarlos para buscar alternativas de financiamiento mediante organismos multilaterales como, el Banco Mundial (B.M.)/ Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para fortalecer la capacidad resolutiva del sistema de salud, especialmente en los niveles I y II de atención, donde se concentra la mayoría de población vulnerable que reside en áreas geográficas dispersas, con precarias formas de vida e inequidades sociales y económicas. Producto del mencionado diálogo inter sectorial, surgió el convenio Ministerio de Salud – BM./BID, el cual se operacionalizó a través de las instituciones: Instituto de Biomedicina - Malariología y Saneamiento Ambiental.
Las evaluaciones de la ejecución de este Convenio fueron significativamente positivas, (realizadas por especialistas externos), pues favoreció a los diferentes programas de control integral de las endemias desde una perspectiva de gestión integral, que abarcó la actualización/fortalecimiento académico de los equipos de salud, dotación de insumos médicos y dotación de logística e infraestructura tecnológica (equipos de computadora-vehículos), a todos los servicios de Dermatología Sanitaria nacional, a los fines de fortalecer el sistema de registro clínico y epidemiológico, base para su debido procesamiento, análisis y toma de decisiones oportunas, en concordancia con las demandas de cada servicio de atención. En el marco referencial de logros obtenidos con el mencionado Convenio, es fundamental destacar la iniciativa de la formación de personal técnico con un nuevo perfil de salud integral denominado: Promotores Sociales en Salud, dirigido a jóvenes procedentes de comunidades rurales/dispersas e indígenas, enmarcadas geopolíticamente en estados que sustentados en una evaluación integral, presentaban indicadores críticos desde la mirada sociocultural, económica y de salud. La idea era contribuir con la capacidad resolutiva de salud desde un enfoque de educación, prevención, control integral de la salud, bajo la visión de un sistema de vigilancia epidemiológica activa. Esta experiencia fue sistematizada en una publicación por parte de sus Coordinadores (García Bailde y Guevara Milady, 2014), donde se puede resaltar aspectos de interés, referidos a: El Curso de Promotores Sociales en Salud (con una duración de dos años), certificado por la Dirección de Docencia e Investigación del Ministerio de Salud; se sustentó conceptualmente en los principios de un modelo humanista transformador del conocimiento, Estudio-Trabajo, articulándose la producción del pensamiento crítico en salud y el encuentro permanente del trabajo directo con las comunidades a través de investigaciones operacionales, y la conjugación de esfuerzos de un aprendizaje de trabajo en equipo y de esta manera, generar estrategias pertinentes en la contribución de la situación de salud en las comunidades.
Se podría enfatizar que la experiencia compartida con el Doctor Convit en esta fase de su vida, durante la formación este personal técnico en cada estado, resultó un espacio para redefinición de su enfoque como investigador y docente, pues cada encuentro con los estudiantes fue una posibilidad de reflexión. Igualmente, trajinar e interrelacionarse con las personas más humildes de las comunidades, el compartir de saberes trascendió más allá de la presencia de una endemia. Así, generó un reconocimiento al valor de lo cotidiano como esencia de las dinámicas e interrelaciones de las formas de vida y producción social de las comunidades, donde cobra un espacio sociológico significativo, el supuesto teórico que Mauro Wolf, desarrolló en forma detallada en su trabajo Sociologías de la Vida Cotidiana (1994) y donde expresa la importancia de los encuentros sociales, como vía para establecer interacciones de los individuos desde sus formas naturales de organización social y sus relaciones de poder.
En la lectura de los resultados, aunque presentados por fases o momentos, puede evidenciarse de manera global que la trayectoria de vida profesional del doctor Jacinto Convit, se caracterizó por un genuino liderazgo integral, sustentado en la responsabilidad, ética, humanismo, pro actividad de ejecución en todos los escenarios recorridos y su cosmovisión holística en la prestación de servicios de atención, a fin de brindar el mayor beneficio a los grupos poblacionales prioritariamente más vulnerables; determinado esto, por las evidencia de inequidades socio-sanitaria presentes y limitaciones para su acceso geográfico. Estos rasgos en esencia de ser humano y científico, armónicamente vinculados, justifican inscribirlo como personaje de avanzada, para el momento histórico transitado.
Bajo estas premisas, se realizó el análisis integral de la trayectoria del Doctor Convit, desde una visión humana y científica, destacando que su pensamiento/forma de vida, ubicó el resaltador de la salud como valor y calidad de vida de la población, especialmente aquellas con demostrada evidencia de vulnerabilidad. De esta forma, materializó la prestación de los servicios de atención, a través de la articulación permanente de la investigación científica, docencia y la clínica como un medio para conocer, analizar y generar respuestas que contribuyesen a la capacidad resolutiva de salud en estas poblaciones, tomando en cuenta las dinámicas socio-históricas de Venezuela. Oportuno el espacio para referenciar, uno de los investigadores del I.B. (Martín Sánchez, 2014), quien en un artículo referido a la vida del Doctor Convit expresa textualmente lo siguiente: “…De mi experiencia personal con Convit siempre lo recordaré como un hombre accesible muy humano, pero de carácter férreo!”. Convit respetaba profundamente a los investigadores que lo rodeábamos y más aún nos permitía en su Instituto desarrollar libremente nuestras investigaciones. Nunca faltó el consejo oportuno de su parte cuando se le consultaba alguna inquietud. Siempre fuimos libres de decidir la ciencia que queríamos emprender, y siempre contamos con el apoyo personal e institucional de su parte. Se sentía orgulloso que siguiéramos sus pasos y particularmente me alentó a emprender los proyectos que con carácter transdisciplinario llevamos en leishmaniasis visceral…”.
Es vital resaltar al menos en síntesis, el enfoque de la docencia impartida por el Doctor Convit, quien a pesar de haber recibido una formación académica tradicional, no obstante producto de sus vivencias cotidianas con: el equipo de salud que le acompañaba, pacientes, estudiantes desde el nivel básico hasta profesional especialista, así como la población de comunidades con las cuales generaba reflexiones de la salud en forma sencilla, se evidenció en él un cambio estructural de paradigmas para compartir saberes.
A tales fines, trascendió de la visión de la educación como un evento tradicional o bancario, hacia un instrumento lineal de transmisión de información, tal como lo señala Paulo Freire (1970); así, de manera genuina se adentró a una esencia de la educación como herramienta transformadora de la salud, apuntando en todo momento, un encuentro/dialogo/reflexión con cada uno de los actores sociales, donde de manera muy estratégica a través de cada uno de sus perfiles académicos, psicológicos y socioculturales, seleccionaba sus códigos de lenguaje para facilitar sus mensajes y contenido.
Este pensamiento proactivo de desarrollo integral de la vida humana experimentado por el Doctor Convit, se le puede colocar un sello de originalidad y de genuino, debido que su formación médica, posiblemente no se apoyaba en este tipo de visión de la salud. Por tanto, contrastarlo con otras miradas de cosmovisiones de la salud desde otros autores, encontramos a Restrepo, Luis C. (1996), quien reflexiona en su artículo El derecho a la salud, sobre el valor de las relaciones entre los seres humanos, y su asociación a la salud.
Si bien es cierto, que el mencionado autor enfoca al amor entre las personas como una variable relevante al hablar de la salud, no es menos cierto, que se podría establecer una similitud al pensamiento y praxis del Doctor Convit, cuando siempre resaltó la esencia del valor del ser humano como el norte de sus acciones de la investigación científica, la docencia y las acciones de los programas de control integral de las endemias. En este orden de ideas, es oportuno citar un segmento de una entrevista realizada a este ilustre ser humano, en Caracas 14 de Mayo 2014 - Vencer al bacilo y vencer al prejuicio OPS/OMS, que en uno de sus segmentos expresa textualmente lo siguiente:
“…una noche recibí un hombre encadenado, lo traían en un camión custodiado con gente armada. Un pobre ser que lo único que tenía era lepra. Yo les pedí que lo soltaran e intenté demostrarles cómo se sentía esa persona"…En ese momento los enfermos comprendieron que tenían a su lado a una persona diferente de aquellas que les había maltratado. Fue allí donde el Dr. Jacinto Convit descubrió que su misión era ganarse el cariño de aquella gente que sufría sin consuelo…”
Cuando analizamos estas diferentes miradas de interpretación de la trayectoria científica y humana del Doctor Jacinto Convit, podemos tejer un entramado de relaciones filosóficas y conceptuales, que él de manera genuina aplicaba. Entre estas categorías podemos subrayar las manejadas en el mundo moderno de la comunicación y relaciones interpersonales, particularmente la referida a la intersubjetividad. Esta categoría supera la visión de las relaciones subjetivas y lineales entre las personas, para enfocarse en un plano de encuentro entre visiones, conocimientos y experiencias, basado en la valoración de la esencia del ser humano, a partir de las cuales entrelaza una red de percepciones de la realidad, valorizando un reconocimiento entre diferentes actores sociales y favoreciendo el permanente aprendizaje.
Este atrevimiento en realizar una abstracción de visiones filosóficas referente a categorías como la intersubjetividad, en la praxis cotidiana de un investigador, enmarcado en una formación convencional, pareciera descontextualizado desde el rigor de un análisis científico de contenido. No obstante, nos atrevemos afirmar que en este caso se rompe esta regla de análisis pues la experiencia directa con el Doctor Convit nos acerca a establecer dicha relación.
En este orden de ideas, solo basta realizar un ejercicio de memoria y meditar: cuantas veces iniciaba una conversación donde en primer lugar se salía del escritorio para colocarse de frente y con una postura (lenguaje) corporal, con la mirada siempre fija hacia nosotros, receptores de su interlocución, generaba algunas reflexiones de entrada, tales como, “…He estado pensando sobre un proyecto xxx y quería hablar con usted para ver que piensa al respecto?¿Usted piensa que podemos realizarlo, que opina?...” Obviamente la riqueza del proceso del encuentro/conversación, se fundamentaba en la capacidad de interactuar y contar con argumentos/contenidos sólidos para alimentar o no, la aceptación de la propuesta original.
Para cerrar esta sección de análisis/discusión, nos referiremos a otra categoría utilizada de manera cotidiana por el Doctor Jacinto Convit “…No hay enfermedades sino enfermos…” la cual utilizaba al tratar de profundizar e interpretar, la predisposición y respuesta de cada individuo frente al proceso morboso que padecía. En este sentido y de manera genuina, establecía una diversidad de vínculos condicionantes que podían determinar el comportamiento del proceso mórbido objeto de estudio. Ejemplo de esto podemos citar entre sus reflexiones: “… podría deberse a la respuesta inmunitaria individual; formas y expectativas particulares de vida; o bien, condiciones socio-sanitarias del entorno donde hace vida el enfermo; lo cual, puede incidir en la aparición, comportamiento y pronóstico de la afección…”
En el análisis e interpretación de esta genuina cosmovisión cotidiana del Doctor Convit, encontramos estrechos vínculos con el planteamiento señalado por el Psicólogo Clínico Peñuela, M. (2010), en su documento Una visión humanista sobre el campo de la salud, donde destaca que:
Durante siglos, las propias condiciones de salud-enfermedad se han contextualizado en torno a un proceso ideológico; el sabernos sanos o enfermos se vincula con la idea de estar en el mundo. Esto no implica que perdamos de vista el origen orgánico de la enfermedad, ¡los organismos patógenos existen!; sin embargo, lo realmente significativo reside en el cómo significamos la enfermedad y actuamos frente a ella. (p.265).
Con dicho planteamiento, podemos reafirmar que los preceptos establecidos por el Doctor Convit en su praxis cotidiana asistencial/integral para la atención de los enfermos, siempre estuvo sólidamente vinculado al estudio y control del padecimiento, a fin de investigar el posible origen multifactorial de la afección, así como, incluir en su adecuada intervención, la participación intersectorial local/nacional. En este sentido, su accionar profesional tiene vigencia en el presente y nos señala la importancia, del doble reto que tiene el trabajador en salud que permita promover en el paciente, la motivación, conciencia de autocuidado y participación en el control/resolución de su enfermedad; y de manera paralela, transformarse en participante activo del desarrollo de una nueva cultura científica sustentada en evidencias y que profundice sus acciones hacia una praxis cónsona con la realidad socio- cultural existente en las comunidades asistidas.
A la luz de los hallazgos disertados en la indagación a profundidad de la trayectoria profesional del doctor Jacinto Convit y valorados bajo una mirada paradigmática humanista, podemos inferir que nos ha dejado un legado de aprendizajes, inscritos en su dilatada experiencia acumulada de forma holística y multidisciplinar, motivado por la búsqueda incesante de respuestas a la problemática de las diferentes endemias. Es así como, guiado por su cosmovisión genuina del accionar en salud, desde el inicio de su actividad asistencial en 1938, abarcó componentes claves enmarcados en lo: preventivo-asistencial-educativo-investigativo y transversados por un enfoque humanista con acercamiento a la esencia del ser humano, desde una consulta, el trajinar en las comunidades, o bien desde su laboratorio.
La estrategia de trabajo integrada desde una visión multidisciplinar, desarrollada por el Doctor Convit durante su trayectoria de vida, generó un impacto altamente positivo en el control de las endemias bajo su responsabilidad. Inicialmente, en la lucha y control de la lepra, que promovieron la desmitificación de este flagelo cargado de mitologías bíblicas; búsqueda, tratamiento humanizado y control ambulatorio de los casos; así como, la educación Paciente/familia y reinserción social de los enfermos controlados. Apoyados en esta experiencia y de manera progresiva, hizo posible su replicación en el control de otras endemias (Leishmaniasis, Oncocercosis, entre otras). Igualmente, de manera intersectorial, intervino con su equipo de trabajo para brindar/recibir el apoyo técnico nacional/internacional, a través de la participación con Entes Gubernamentales (OG) y no Gubernamentales (ONG), en el asesoramiento, formación de personal y gestión de programas.
El Doctor Convit consideró el componente educativo y humanizado de vital importancia en la lucha y control de las endemias. Evidencia de esto, fue su primera publicación realizada en 1941, titulada El mal de Hansen. Algunas nociones que el público debe conocer sobre la lepra, la cual tenía por finalidad difundir el conocimiento de dicha afección, en una población que vivía en dramáticas condiciones sanitarias; así como, resaltar la importancia que tiene el médico epidemiólogo en realizar educación sanitaria para el control epidemiológico de cualquier enfermedad, para ese momento histórico.
Este componente estratégico de forma progresiva lo profundizó e institucionalizó, apoyado con expertos en la materia, de manera que respondiesen a la dinámica social y de salud, cónsona con el momento histórico transitado. Cabe destacar que, producto de su esfuerzo incansable de educar a los individuos y comunidades, de manera genuina trasladó los espacios educativos cerrados hacia aulas abiertas, ubicadas en los escenarios naturales que transitaba, durante sus visitas a las comunidades; todo lo cual, le permitía el diálogo ameno, sencillo y enriquecedor con las personas que interactuaba.
De lo consensuado, podemos inferir que tuvimos la oportunidad de compartir con un valioso ser humano de avanzada, protagonista genuino de su cosmovisión holística de prestación de servicios de atención en salud, cimentada en la ética, humanismo y conciencia social, la cual fue creando de manera silenciosa pero oportuna para conocer y analizar en el campo, (una determinada realidad social y de salud). De esta manera, generar y presentar propuestas consensuadas para el desarrollo de líneas de acción, en beneficio del fortalecimiento del programa integral de control de endemias que, a su vez, contribuyesen en la superación de estos padecimientos e impactar en el desarrollo integral del país.
Al cierre del presente artículo, ratificamos nuestro deseo de rendir homenaje y tributo a un científico, profundamente humano cargado de bien merecidos epítetos, producto de su sabia y científica actuación, por más de 70 años de trabajo ininterrumpido y en beneficio de las personas con reconocidas vulnerabilidades sociales, residentes en comunidades con importantes inequidades y desigualdades sanitarias y geográficas. Igualmente, proponemos que más allá de conformarnos con la simple asimilación del contenido de este documento, sea posible propiciar de manera general la estimulación del lector, especialmente trabajadores de la salud, a la redefinición de los saberes, que contribuyan a un mayor desarrollo integral en la prestación de servicios, desde una mirada de la promoción en salud, cuyo núcleo principal sea la calidad de vida y el desarrollo humano integral de una población.
A la Universidad Central de Venezuela (U.C.V), en la gerencia del Instituto de Biomedicina, para compartir nuestra historia de vida con el doctor Jacinto Convit, en el marco de la celebración de 55º Aniversario de su fundación. A la Revista Tribuna del Investigador por invitarnos a publicar la conferencia: Jacinto Convit: vida, obra y Accionar para el control de Las endemias, julio 2019.