Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Cultural Humboldt (ACH).
En 2016, con motivo de cumplirse tres décadas del accidente nuclear de Chernóbil, uno de los mayores desastres ambientales y humanos de la historia, la Asociación Cultural Humboldt (ACH) realizó una serie de actividades de reflexión sobre el uso de la energía nuclear.
En este marco, el domingo 24 de abril en la sede de la ACH en Caracas, fue inaugurada la exposición “El extraño mundo de Chernóbil” Fotografías de Enrique Moya, bajo la curaduría de Sara Maneiro y Museografía de Gabriel Arria.
Como invitado especial en estas jornadas estuvo el escritor Enrique Moya, quien vino especialmente a Venezuela desde Viena para inaugurar la exposición fotográfica “El extraño mundo de Chernóbil” y formar parte de estas otras actividades.
Una muestra de las gráficas captadas por el autor durante el recorrido que realizó en 2015 a la Zona de Exclusión de Chernóbil -en la antigua Unión Soviética, -actual Ucrania- abandonada a raíz del accidente de la planta nuclear Vladimir Ilich Lenin, conocida mundialmente como Planta Nuclear de Chernóbil.
En esa oportunidad, la curadora de la exposición describió que “las imágenes son apenas una selección del tránsito de Enrique Moya por Chernóbil, nombre que significa ajenjo en ucraniano, además de ser el mismo nombre de la estrella mencionada en el libro del Apocalipsis según San Juan. En este tránsito por la ciudad fantasma de Pripyat y otros lugares de la Zona de Exclusión, el viajero devela para nosotros los espacios abandonados por una migración forzada y violenta que dejó yermo a un pueblo entero, cuyas ruinas sobreviven entre la maleza y el ajenjo radioactivos”.
Para continuar con la agenda de reflexiones, ese mismo día el público asistente escuchó directamente el testimonio del autor de la muestra, conducido en una grata e interesante conversación con el escritor Leonardo Padrón, quien con su conocida habilidad de entrevistar logró extraerle testimonios que conmovieron a los presentes.
Entrada la semana, el martes 26 de abril, exactamente tres décadas después de la explosión que continúa sacudiendo el mundo energético, la ACH realizó una segunda jornada denominada “Chernóbil 30 años después. Una reflexión desde Venezuela”. El esquema contempló tres conferencias y una mesa redonda. La conducción del evento estuvo a cargo del internacionalista Julio Cesar Pineda, quien realizó una introducción con elementos de geopolítica y relaciones internacionales. Las demás ponencias abordaron los temas de Salud, Radiación y Seguridad Nuclear. Estuvieron a cargo del Dr. Eduardo Greaves, Profesor del Departamento de Física Nuclear, Universidad Simón Bolívar, “Chernóbil vista por un experto”; la segunda por el Dr. David Lea, Presidente de la Sociedad Venezolana de Protección Radiológica: “Estado actual de la protección radiológica en el país”; y el Dr. Miguel Martín, Profesor de la Escuela de Física de la Universidad Central de Venezuela, intervino con “El uso de radioisótopos en Medicina”.
Por su parte, el Presidente de la Asociación Cultural Humboldt para ese entonces, Erik Becker Becker, recordó que el trágico accidente de Chernóbil, con el paso de los años, puede verse como el detonante de hace 30 años del derrumbe del Imperio Soviético, y con ello el final de la guerra fría que tanto afectó al mundo en el pasado siglo.
Las conferencias y la exposición fotográfica estuvieron abiertas al público quien acudió al llamado de reflexión sobre este accidente nuclear. La coordinación de las conferencias científicas estuvo a cargo de la Dra. Alicia Ponte Sucre y la producción de la exposición fotográfica estuvo bajo la coordinación de la periodista Myriam Tibisay Wendehake, miembros de la Junta Directiva de la Asociación Cultural Humboldt.
ASOCIACIÓN CULTURAL HUMBOLDT
La Asociación Cultural Humboldt fue fundada en Caracas, en 1949, con el propósito de profundizar los lazos de amistad entre Venezuela y Alemania, así como de promover intercambios en los ámbitos cultural y científico entre ambos países. Sus grandes impulsores fueron dos hombres, insignes profesionales de las ciencias de la salud: el Dr. José Ignacio Baldó Soulés, médico neumonólogo tachirense pionero de la lucha antituberculosa en Venezuela y el Dr. Rudolf Jaffé quien fuera Director del Instituto de Anatomía Patológica en Berlín antes de llegar a Venezuela en 1936. Durante todos estos años, la ACH ha sido una importante referencia en actividades musicales, teatrales, de las artes plásticas, foros científicos, etc.