Lo que queda de la Renovación de 1969

Gioconda Espina

Universidad Central de Venezuela. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FaCES).

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Tiburcio Linares, encargado Decanato Ciencias Veterinarias; Pedro Rincón, Rector ULA; Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, Diputado (MEP) Congreso Nacional; Jesús María Bianco, Rector UCV; Jóvito Villalba, líder partido URD; Alexis Adams, Presidente de la FCU, entre otros.
Tiburcio Linares, encargado Decanato Ciencias Veterinarias; Pedro Rincón, Rector ULA; Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, Diputado (MEP) Congreso Nacional; Jesús María Bianco, Rector UCV; Jóvito Villalba, líder partido URD; Alexis Adams, Presidente de la FCU, entre otros.

Resumen

En mayo de 1969 estalló la renovación universitaria en varias escuelas de algunas facultades de la Universidad Central de Venezuela y otras universidades del país. Ahora que la UCV vive circunstancias históricas que no podíamos ni suponer entonces, quienes fuimos sus promotores docentes (como Héctor Silva Michelena, Economía, FACES) y estudiantes (como quien esto escribe) debemos hacer un balance de los aciertos y los costos de aquél movimiento que logró sacudir la vieja estructura e imponer legalmente muchos cambios. Lo que presentamos es un extracto de unas conversaciones de la autora con H. Silva Michelena durante 7 viernes de octubre y noviembre de 2016.

Palabras Clave: Renovación; UCV; costos; aciertos; rezago electoral; política universitaria.

Palabras Clave: Renovación; UCV; costos; aciertos; rezago electoral; política universitaria.

Abstract

In May 1969, the university renovation in several schools of some faculties of the Universidad Central de Venezuela (UCV) and other universities of the country exploded. Now, that the UCV lives on historical circumstances which we could not assume at the time, who were its teachers (such as Héctor Silva Michelena, Economy faculty, FACES) and students (as who is writing this) must take stock of the successes and costs of that movement that managed to shake the old structure and legally impose many changes. What we present here is an excerpt from some conversations of the author with Héctor Silva Michelena during 7 Fridays of October and November of 2016.

Keywords: Renovation; UCV; Costs; Hits; Electoral lag; University politice.


La renovación de 1969

Heinz Sonntag llegó de Alemania invitado a la UCV con el apoyo del Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, FACES, Armando Alarcón Fernández. En el velorio de Sonntag, el 2015, Alfredo Chacón y Héctor Silva Michelena estuvieron recordando “la coba” que le metieron a Alarcón para convencerlo de invitar a Sonntag a la facultad. Sonntag venía del proceso de renovación universitaria (ya era profesor de la universidad de Bochum, Alemania), de 1968, y estaba casado con una venezolana de origen alemán, Elena Hochmann. Héctor, a quien hice una larga entrevista a fines de 2016 de la que extraigo este texto para la Tribuna del Investigador (de APIU- UCV) me aclara: “pero nosotros no nos inspiramos en mayo de 1968”… como suele decirse, así se lo dijimos a un periodista francés que nos citó entonces en un hotel de Caracas para entrevistarnos, se llamaba Marcel Niederland y hablaba muy bien español. Ellos se inspiraron, continúa, por la “crítica de lo que estaba ocurriendo aquí”.

Sobre la renovación universitaria venezolana se escribieron pocos libros y muchos manifiestos, más que nada hojas sueltas que Che María Cadenas quiso reunir y no pudo porque estaban perdidas o fallas en su mayoría. Reconoce Héctor que muchas repetían consignas de mayo 68, como “Hay que tomar el cielo por asalto” o “Haz peso que el sistema se hunde”. Recientemente la Asociación de Profesores de la UCV, la APUCV, publicó en una revista digital que no sabe si aún existe, una entrevista a él y otra a Sonntag sobre el balance de la renovación universitaria del 69, a propósito de los 40 años que cumplía el libro que él y Sonntag escribieron sobre el proceso, Universidad, dependencia y revolución que, informa, se encuentra on line.

Yo fui dirigente de la renovación universitaria de la Escuela de Letras de la UCV en 1969 y creo que si en verdad no calcamos el proceso, paso a paso, letra a letra, sí nos inspiramos en lo siguiente del mayo 68: sí se podía enfrentar a las autoridades académicas, abrir las ventanas y airear las aulas con los escritores vivos y sus libros. Del mayo francés conocíamos por la prensa, así como de los movimientos estudiantiles del mismo año en México y en EEUU; incluso, hubo agitación en algunos países comunistas, como China y algunos de Europa del Este que ya estaban alzándose contra el stalinismo. A los que veníamos de la juventud comunista y del douglismo universitario la agitación del 68 nos estimulaba a seguir luchando de otra manera…

Así como la renovación europea fue, principalmente, en Francia y Alemania (quizás haya que agregar a Glasgow, en Inglaterra), la renovación de FACES fue fundamentalmente en las escuelas de Economía y Sociología…

Y en Letras, Historia y Psicología de la Facultad de Humanidades y Educación, pero la verdad es que en la misma facultad teníamos muy poco contacto entre los dirigentes estudiantiles. Mayor contacto teníamos con los periodistas de la fuente de educación y cultura y con los poetas y artistas de Sabana Grande, entusiasmados con lo que estábamos haciendo por los escritores vivos, incluidos ellos, los venezolanos que llevamos a darnos clases bajo Poder Estudiantil.

En mayo de 1969 Heinz R. Sonntag y yo escribimos, a solicitud de los jóvenes de Unidad Rebelde, un librito de unas 60 páginas, Proposición para una revolución universitaria. Hacia una Facultad de Ciencia Social, así en singular, porque pensábamos a las ciencias sociales integradas, como planteaba Edgar Morin. El día que salió de la imprenta lo bautizamos en una parrillada en la casa de Armando Córdoba en San Antonio de los Altos. Al día siguiente llegué a la Facultad y el Decano Alarcón Fernández me dijo: “tu libro levantó una polvareda” y era que los muchachos lo habían distribuido por todos los quioscos de la UCV. Con ese libro se inició el proceso de renovación universitaria en dos escuelas de FACES (Economía y Sociología), algunas escuelas de Ingeniería, Arquitectura, Ciencias y Humanidades. Esa proposición traía las líneas maestras de la renovación. Elegimos un consejo directivo paritario (que después sería el consejo de escuela actual), con un representante de los empleados que era Aristóbulo Arrieta; desde luego, era un organismo no previsto en la ley. Recuerdo que un profesor me dijo que estábamos imponiendo un soviet en FACES.

La renovación tuvo, en general, beneficios y costos altos ¿Beneficios? Sacudir la vieja estructura, modernizar los estudios, incluimos la tesis de grado como requisito para el egreso y un sistema de calificación de aprobado con distintos grados y reprobado que se sostuvo mucho tiempo.

Actualizar las bibliografías…

Y ver más a Venezuela y a América Latina y no sólo a EEUU y Europa, pero… todo con orientación marxista. Y aquí estuvo el primer costo académico grave: la marxización absoluta. Hubo grandes economistas posteriores a Marx, en países donde estaba funcionando una economía. Nuestros egresados salían al mercado de trabajo sin saber siquiera qué era un “costo medio”, porque nosotros habíamos eliminado —como en Cuba— todo lo referido a la teoría de costos. El BCV y la empresa privada comenzó a contratar sólo a los egresados de la Católica.

Un error más fue la eliminación de los idiomas como materia obligatoria. Ya cuando hicimos el curriculum nuevo de Economía, la comisión integrada por Maza Zavala, Fernando Ferrán, Francisco Mieres y yo, nos autocriticamos por esto.

¿Los estudiantes no participaron en la redacción?

Sí, claro, sobre todo los radicales de Unidad Rebelde y el MIR…

¿Quiénes eran cabecillas del MIR?

Rómulo Henríquez, Alfredo Caraballo que era mejor orador que Rómulo y Celestino Peraza, un ingeniero que estaba en Economía y que después ganó la elección como director de la escuela. Él fue quien organizó con mucha eficiencia la transición del régimen anual al semestral y el sistema de unidades de créditos.

Ya yo no era comunista y ellos eran del MIR, por eso el PCV me miraba mal; incluso Héctor Mujica calificó al movimiento como “depredador”. Yo no sólo era amigo de los miristas y otros radicales de FACES sino de otros de la UCV que siempre me consultaban cosas, conversábamos y muchos somos amigos todavía. Igual me pasaba con quienes seguían en la guerrilla (Freddy Carquéz, Américo Silva), ellos me mandaban papelitos para hablarme de artículos que yo escribía en la revista de la librería Cruz del Sur. Recuerdo el título de uno: “El comunismo, enfermedad senil de la revolución”.

¿Tú crees que el paso de régimen anual a semestral ha sido bueno?

No ha sido bueno porque estamos en América Latina, donde se suspenden muchísimo las clases por una razón u otra. Si estuviéramos en Inglaterra yo hasta sería partidario de los trimestres, pero aquí los semestres de 18 semanas pueden quedar en 12 o menos a veces y se completan encargando trabajos que no siempre leen los docentes, así que terminan calificando a los estudiantes por aproximación. La calidad académica bajó considerablemente desde el 69.

Pero no parece que la calidad haya bajado por el régimen semestral nada más. Hay escuelas que nunca pasaron a semestre y hay escuelas que volvieron al sistema anual y la calidad académica no mejoró por eso… Sí, la facultad de Derecho nunca aceptó el régimen semestral. Ni Medicina…

Ni Farmacia, ni Odontología…

Otro problema que acarreó el régimen semestral fue el semestre paralelo que los estudiantes, ahora presentes en los consejos de escuela, siempre justificaban abrir, imponiéndose al resto de los consejeros. Por cierto, el representante de los empleados dejó de ir porque, dijo, no tenía nada que decir en las discusiones académicas que ahí se daban. Es lo mismo que pienso de la pretensión de que cada persona de la UCV tiene el mismo derecho al voto para elegir autoridades académicas.

La Universidad Simón Bolívar tiene ese régimen trimestral del que serías partidario si estuvieras en Inglaterra…

Pero la USB está en Sartenejas, lejos del centro de Caracas; Ernesto Maíz Vallenilla debe haber tomado en cuenta eso cuando dejó la escuela de Filosofía de la UCV y se fue a fundar la USB.

Otro costo de la renovación fue perder a buenos profesores que fueron execrados en el proceso sólo porque no eran de izquierda, así que los profesores de la vanguardia renovadora tuvimos que dar clases en muchas escuelas de diversas facultades porque no había quien diera algunas asignaturas. Pedro Duno y J. R. Núñez Tenorio vinieron a dar clases a Economía y yo di clases en cinco facultades. Otro error fue sustituir cátedras y departamentos (luego fueron restituidas) por unidades. Cuando estábamos reestructurando las escuelas vino de Brasil Darcy Ribeiro con su tesis de La universidad necesaria, que publicó en Mérida el VRAE…

Eso debe significar Vanguardia Revolucionaria de Acción y Estudios…

Seguramente, no estoy seguro… Darcy no estaba de acuerdo con la sustitución de los departamentos por unidades porque no tenían que ser como los estadounidenses, sino como los propuestos por Frederich Humboldt, con los que se renovó la universidad alemana y que pueden orientarse de diversa manera: marxista o liberal o teológica o lo que fuere.

Después de que Celestino Peraza se enfermó y salió de la dirección de Economía, yo fui el director de la escuela y un día de noviembre de 1969 me sacó la Guardia Nacional, durante el allanamiento a la UCV de Rafael Caldera, quien destituyó al Rector Bianco y sustituyó a las autoridades con otras. De la ocupación me había advertido por teléfono Germán Carrera Damas, pero ahí me encontró la GN, igual que a muchos otros directores de escuelas. Al salir de la residencia (donde ahora está la escuela de Trabajo Social) vimos cómo estaban tomados militarmente la Plaza del Rectorado y el Jardín Botánico. Salimos caminando, no nos pusieron presos pero no podíamos entrar más, yo dejé todas mis cosas personales en la oficina. Conmigo salieron Alexis Márquez Rodríguez y Héctor Mujica, de la escuela de Comunicación Social. A partir de ahí tampoco pudimos cobrar el sueldo. La Asociación de Profesores de la UCV, APUCV, acordó pagarnos el 50% del salario y así fue por dos meses, pero luego ya no pudo hacerlo.

Un día, algunos profesores (entre otros recuerdo a Pedro Duno, Oswaldo Barreto y J. R. Núñez Tenorio) que siempre nos reuníamos, en un edificio que era entonces sede de la APUCV, en la Av. Los Ilustres, frente a lo que hoy es la Facultad de Ciencias, resolvimos reunirnos con las autoridades “provisorias” que había designado Caldera: René De Sola, que había sido rector de la UCV cuando Pérez Jiménez (mi carnet estudiantil de cuando entré a la Facultad de Medicina en 1951 estaba firmado por él); Federico Riu (vicerrector académico) y Eduardo Vásquez (vicerrector administrativo), ambos profesores de la escuela de Filosofía y de izquierda. Fuimos, pues, porque comprendimos que había que abrir la universidad casi un año después de cerrada. La reunión se hizo en el salón del Rectorado. Lo primero que hizo De Sola fue proponer que se descentralizara la UCV, nos opusimos. Creo ahora que él tenía razón porque la UCV está superpoblada…

En el 69 no había sobrepoblación. Él no lo proponía por razones demográficas sino por interés político, al descentralizar las escuelas lo que buscaba era desmovilizar a la dirigencia del movimiento del 69, lo cual logró. Letras fue una de las escuelas descentralizadas, llevada a una quintica en La Florida, un horror. Mucha gente abandonó la universidad entonces por el cierre y por la descentralización de algunas escuelas…

El acuerdo al que llegamos fue que ellos solicitaran al gobierno reabrir la UCV, lo cual hicieron imponiendo unas autoridades “provisionales”, así fue como designaron como Decano de FACES a Eduardo Gómez Mantelini, adeco, un grosero siempre con el chiste de doble sentido en la boca, algo que siempre detesté de cualquier hombre o mujer. Su retrato no está en la galería de decanos del salón del Consejo de Facultad, porque decidimos colocar sólo a los decanos electos. Hablé con él y comenzamos a hacer los programas de la nueva escuela de Economía, con Celestino Peraza y Andrés Santeliz, estudiante del MIR, antes de que entrara a la organización Poder Jóven (luego él se fue al BCV, lo quiero mucho y lo respeto, aunque sea chavista). Al reabrir la UCV comenzamos a cobrar de nuevo. En el ínterin recibí una carta de Samir Amín, director del Instituto de Desarrollo Económico y Planificación, IDEP, adscrito a Naciones Unidas, con sede en Dakar, la capital de Senegal, invitándome a sumarme al IDEP. Le había gustado mucho el libro mío y de Armando Córdoba sobre teorías del subdesarrollo, así como otros textos míos que habían salido en la Editorial Bárbara, que habían creado Pedro Duno y J. R. Núñez Tenorio.

¿Dónde y cuándo conociste a Heinz Sonntag?

En un encuentro mundial de sociología en Viena al que fuimos José Agustín y yo que ya éramos conocidos: él por su libro La crisis de la democracia (1960) sobre el fracaso de las élites y yo por Aspectos teóricos del subdesarrollo, que escribí con Armando Córdoba, sobre nuestra teoría sobre el subdesarrollo. Sonntag quiso conocernos porque su esposa era muy amiga nuestra; nos dejó un mensaje en inglés en la caseta de habitación del hotel y en ese primer encuentro vimos que él estaba interesado en venir a Venezuela, así que nos pusimos a buscar la manera de hacerlo. Fue cuando hablamos con el Decano Alarcón Fernández. En Venezuela José Agustín, Heinz y yo siempre fuimos muy amigos…

Hasta el final, una vez me contaste que a veces Heinz te llamó por teléfono desde la casa de reposo donde estuvo los últimos meses…

Él estaba escribiendo un libro, que tituló Mi sociología, una autobiografía y cuando me llamaba me preguntaba ¿cuándo fue que yo hice esto? ¿Dónde fue que yo hice esto otro? Recuerdo que ya casado con Marisol Sandoval las tres parejas (la suya, la mía y la de mi hermano José Agustín) teníamos lo que llamábamos nuestro gin tonic dominical, en cualquiera de las tres casas, nos tomábamos dos y luego cada quien a su casa y a sus cosas, como a las 1.15 pm.

Dr. Heinz Sonntag (1940-2015)
Dr. Heinz Sonntag
(1940-2015)

La UCV hoy

La noche de presentación de la candidatura a Decano de Miguel Bolívar, tú dijiste algo que recuerdo nítidamente hasta hoy: que le deseabas la mejor de las suertes a tu amigo, pero que le advertías que muy poco innovador podría hacer con todas las amarras que tienen las autoridades universitarias. Lo recuerdo porque eso mismo lo viví yo como representante estudiantil y luego como representante profesoral, así como jefa de departamento.

La principal resistencia que se encuentra uno incluso cuando entra al cuerpo docente es la del profesorado, milite donde milite, salvo excepciones es conservador y le gusta su rutina. Un día tomó unos apuntes que, con el tiempo, se le ponen amarillos sin que los modifique a partir de nuevas lecturas, nuevas reflexiones. Ante cualquier movimiento de cambio tratan de bloquearlo y te demonizan. Cuando entré a la escuela de Economía como asistente de Armando Córdoba, propuse la creación de una cátedra de “Matemáticas modernas” pero tanto profesores como estudiantes se sintieron amenazados, con el tiempo lo logré, pero cuánto costó. Y en cuanto a la “Teoría del subdesarrollo” que proponíamos Córdoba, Mieres y yo, tuvimos muchísima resistencia. Federico Brito Figueroa, comunista ortodoxo, se burlaba de nosotros, decía que era “una locura” de la que Marx nunca había hablado. Como me decía una vez en La Buhardilla Elías Pino Iturrieta, que fue Decano (de Humanidades y Educación, UCV): “yo me sentiría contento con que un profesor de humanidades leyera una novela al año”… Igual aspiraría yo de un profesor de ciencias sociales, para que lograra ampliación de miras. Una vez Córdoba y yo presentamos un proyecto de “Modelos históricos del subdesarrollo” en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales y, al final, en la bibliografía escribimos Poesía. Se paró Rodolfo Quintero Luzardo y dijo “que yo sepa la poesía no es ninguna disciplina científica, por eso estos economistas son lo que son”… Le respondí que no se trataba de leer a Paul Eluard, Charles Baudelaire o Rafael Cadenas, sino de que poesía viene de poiesis que significa vuelo imaginativo, como el que han tenido los grandes científicos que han hecho descubrimientos siguiendo métodos “no científicos” y puse algunos ejemplos. Con esa “metodología en la cajita” que usted defiende, insistí, estaríamos todavía antes de Pitágoras. Luego Quintero felicitó mi argumentación.

Otra traba es esa maraña de leyes, reglamentos y normas universitarias (no la Ley de Universidades, que es muy clara). Por ejemplo, un decano no maneja nada…

Es lo que le advertías a Bolívar…

Uno maneja lo que te da la Oficina Central de Presupuesto. Muchas veces tienes que deshacer nudos, incluso violentarlos, para hacer una cosa nueva. Por suerte, como Decano siempre conté con buenos asesores, como Sansó y Brito, para deshacer algunos nudos. Sansó mismo decía que el derecho es discusión y que por eso Montesquieu tituló su libro El espíritu de las leyes y no Las leyes, hay que ver en cada caso cuál es la mejor manera de aplicarlas.

La tercera traba es la Asociación de Empleados Administrativos, AEA…

Que ahora son varias asociaciones de trabajadores de la UCV…

Y algunas mandadas por el gobierno. Cuando era Decano me entendía sólo con José Luis Vegas, jefe de personal de FACES, que se había graduado con mi hermano José Agustín; él me avisaba cuando se venía una huelga de la AEA.

La cuarta traba fue la menor para mí, la de los estudiantes. Ahí el problema era político porque había muchos grupos de la izquierda, los de AD y Copei no se metían. Yo había ganado el decanato, como te dije antes, por los estudiantes de los que era candidato, salvo los CLP y la Liga Socialista que pasó de ser aliada a enemiga. Un día llegué a la antigua sede de FACES y la encontré tomada, entonces me subí a un árbol y pregunté: “¿Quiénes de ustedes no tienen cupo en la Facultad de Economía?”. Respondieron que la mayoría quería entrar a Ingeniería. Les dije “¿Así es la cosa? ¿Y por qué no le toman la sede al Decano de Ingeniería Piar Sosa sino a mí? Ustedes deben ir allá y enfrentarlo, no pedirme a mí que lo haga, eso es una cobardía de ustedes”.

A estas trabas internas hay que agregar las eternas luchas con los gobiernos por un presupuesto justo, que yo encaré con la ayuda de mis contactos personales, igual que hice con las otras. Tenía un alumno que era jefe de presupuesto en la UCV, Carlos Morales, y yo era amigo del asistente del jefe de presupuesto del Congreso, Armando Sánchez Bueno. Este amigo, Maldonado, era el esposo de la profesora de postgrado de FACES, Migdalia Perozo. Con Maldonado y con Morales yo lograba “unos milloncejos más” para FACES para construir las tarimas de las aulas de clase, adquirir los pizarrones, los pupitres…

Todo eso antes de llegar al Consejo Universitario. Estos contactos no podrías hacerlos hoy, porque el secular cerco universitario tiene ahora una clara orientación ideológica añadida: la idea del cerco es llegar a ponerle la mano a las universidades nacionales en las que jamás han ganado una elección desde que llegó Chávez a Miraflores en 1998…

No podría, claro. Pero del 78 al 81 (Decanato de FACES) pude resolver muchas cosas antes de que llegara la asignación al C.U.

Como sabes, hace años la UCV no puede renovar sus autoridades porque la anterior Asamblea Nacional derogó al aprobar, el 15-8-2009, la Ley Orgánica de Educación, LOE, que prevé en el art. 34, literal 3, que todos los miembros de la comunidad universitaria (estudiantes, obreros, empleados, egresados y docentes) tienen derecho a votar en igualdad de condiciones (1 persona 1 voto). El artículo ha sido rechazado por las autoridades y a una consulta de la UCV sobre la interpretación del artículo el Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, ratificó el artículo y exigió que se procediera a reformar y publicar el Reglamento e impuso una multa de 200 UT a las autoridades ucevistas ¿Hay salida a este impasse?

Sólo hay una salida ante el disparate: que la AN suprima el art. 34 de la LOE conforme a lo previsto en la Ley de Universidades vigente y el reglamento electoral.